Todos los activos existentes están al servicio de las personas con el fin de procurarles solventar sus necesidades, sus demandas, sus deseos... que son muchos, cada día más, por el avance de la ciencia y de la técnica.

Además, las personas, como los bienes, tienen que dar de sí todas sus potencialidades, pues para eso disponen de ellas, no están de mero adorno; con lo que se conseguirá el mayor bienestar y desarrollo económico y social de todos, de la sociedad. El no "aplicarse" con esmero, con vigor, con rectitud, con todas las energías de que se dispongan, supone el no resolver los problemas de los demás como se debiera, ser un parásito social, etc.

Consecuentemente, hay que trabajar mucho y bien, "dar el callo", con gallardía, con alegría, con conocimientos profesionales al día, etc., para ser útiles a los demás; con lo que se pondrá de manifiesto la dignidad personal de quién así procede; y pensando, y teniendo la empatía suficiente respecto a los demás, que, asimismo, queremos de nuestros semejantes lo mejor que nos puedan ofrecer, pues solos no podemos hacer todo lo que precisamos para nuestra vida; todo lo cual nos llevaría a estar lo más motivados posibles en nuestros quehaceres para que resulten lo mejor posibles.

Y pensar, con el recuerdo y el afecto, en quiénes no tienen trabajo, y tanto lo necesitan para su bienestar económico y emocional; que además supone que la sociedad se ve privada de sus siempre necesarias aportaciones; lo que precisa, entre otras muchas consideraciones, una formación profesional adaptada, y actualizada, a las demandas cambiantes de las empresas y organizaciones públicas y privadas; una predisposición al aprendizaje continuo; como la aceptación de las condiciones de trabajo siempre que sean legales, evitando comportamientos antisociales de no aceptar un puesto de trabajo digno y respetable, por cualesquiera injustificaciones, lo que perjudica al propio individuo que no aporta su esfuerzo a la sociedad, que malgasta el dinero público, evitando su aplicación a otros gastos sociales que quedarían insatisfechos. El Alma Mater (la universidad), con sus aportaciones científicas, como son las tesis doctorales, textos en las revistas científicas, másteres, etc. bien pudiera, y debiera, ofrecer a la sociedad propuestas de solución a la clamorosa problemática social, económica y personal, como es el paro.

Marcelino Corcho Bragado.