Hoy no hay en España institución, organismo o entidad de carácter oficial que no disponga de su web en Internet, con la que a través de las tecnologías actuales se pretende informar y servir al público, incluso a veces, aunque todavía menos de lo necesario, haciéndole partícipe de sus funciones y sustituyendo las tradicionales ventanillas de aquel famoso "vuelva usted mañana" por espacios en la Red que evitan la presencia del interesado, agilizando y haciendo más cómoda su participación en las infinitas gestiones de todo tipo que aun continúan siendo necesarias, herencia de tanta burocracia.

Los zamoranos, entre otras numerosas páginas de servicio público, tienen las principales en las instituciones que representan a las administraciones más cercanas, lógico en un estado descentralizado, como es el caso de la provincial y la regional. Diputación, Ayuntamiento de la capital, y Junta de Castilla y León llevan mucho tiempo haciendo gala de esta presencia a través de Internet, en general con buenos resultados, sin que ello no signifique que no sean mejorables, sobre todo, en cuanto a atención al público se refiere, por medio de chats, foros y otro tipo de consultorios. Pero en ellas se puede encontrar amplia información interna, de organización y de interés para el usuario, capítulo que debería ser el objetivo fundamental. Luego, se detecta a veces el problema de la falta de actualización.

La web de la Diputación es muy correcta, de presentación clara para el visitante, con una estructuración funcional que lleva enseguida a cada cual al asunto que le interesa. Lo que pasa es que abunda más la información oficialista que la práctica, que es lo que se demanda cuando se accede a Internet. Porque no parece fácil, por ejemplo, que nadie entre en la página de la institución para ver en que siglo fue construido su edificio, por ejemplo, aunque sí le interesen los servicios públicos que alberga, o como puede pagar la contribución, también por ejemplo. Algo similar pasa con el Ayuntamiento, si bien su presentación es más prolija y abunda demasiado la retórica de la información, en un voluntarista afán de transparencia, lo que le convierte casi en un boletín, pero en el que se echan de menos diversas funciones prácticas para que el espacio en la red resulte, en verdad, más participativo y práctico. Ambas webs, muy utilizadas, deberían mejorar en algunos aspectos.

Más de servicio público, y más compleja por sus dimensiones, es la de la Junta de Castilla y León, estructurada por consejerías y servicios. Presta una buena atención al ciudadano que acude en busca de información detallada y facilita una serie de gestiones, como ocurre con la sanidad pública, al disponer de una aplicación para instalar en los teléfonos móviles desde la cual es fácil conseguir hora de cita para las consultas, así como cambiarlas o anularlas cuando sea preciso. Sencilla y bien estudiada, cumple su misión, en la que parece haberse tenido en cuanta la avejentada población de la provincia. En los medios rurales ahora incluidos en la cita previa había cierta prevención a la novedad reciente, pero parece haberse resuelto satisfactoriamente, ya que el usuario dispone también de otras opciones.