Desde un punto de vista práctico, porque los datos objetivos con los que contamos dicen que vote lo que yo vote no habrá mayoría absoluta de ningún partido y por lo tanto los pactos van a ser imprescindibles. Ni siquiera habrá un partido que se acerque lo suficiente a una mayoría que garantice estabilidad con pequeños o esporádicos apoyos de otras fuerzas parlamentarias.

En ese ya inevitable escenario, por primera vez en muchos años, Ciudadanos representa la política pactista que puede dar estabilidad sin el odioso chantaje nacionalista que tornó, como no podía ser de otro modo, en independentista. Ya sabemos que no era cierto que solo buscaran el dinero como decían los que desde el bipartidismo acomodado no querían ver más allá.

Desde un punto de vista ideológico, porque Ciudadanos es el partido que mejor representa la opción liberal en la que siempre milité, abierta, moderada y reformista. En un panorama nacional en el que entre totalitarismo populista, socialismo desubicado y conservadurismo burocrático y resignado a que las cosas vayan "por donde tengan que ir". A día de hoy solo Ciudadanos tiene la vocación de convertirse en el fiel que equilibre la balanza entre una derecha evidentemente minoritaria en la actualidad, fundamentalmente por sus propios errores, y una izquierda cuyo peso específico se desplaza cada vez más peligrosamente desde la socialdemocracia europea hacia el extremismo populista y reaccionario.

Desde ambos puntos de vista, porque España necesita estabilidad y certidumbres, centralidad, puntos de intersección y zonas grises para el encuentro constructivo y la discrepancia leal. Para el consenso en los fundamentales y para el disenso razonado y tolerante. Para un gran pacto PP-PSOE-Ciudadanos que evite espectáculos como esta absurda repetición electoral. En definitiva, porque quiero que mi voto sea útil para España y para Zamora. La suma nacional de votos va a legitimar en esta ocasión tanto como un escaño de más o de menos. Por mucho, o con más razón por ello, que con solo 3 diputados a elegir en nuestra provincia las cartas estén echadas de antemano. Hay que recordar a esos pseudo-demócratas de parvulario que hablan de los votos "que van a la basura", que eso sirve igual para todos "los restos", los que no alcanzan a dar un escaño y los que se exceden por encima del escaño que ya se ha obtenido.

Para PP y PSOE, con su eterna cantilena de la apelación al voto útil, lo que nos dicen es que solo es útil el que es para ellos. Así España llegó a una de las mayores crisis de su historia que no es la económica sino la de la integridad democrática de las instituciones. Con el que llaman voto útil se produjo la gran ruptura entre sociedad y política. Entre electores y elegidos. Entre gobernantes y gobernados.

Preguntémonos y preguntémosles, ¿voto útil para hacer qué? ¿O acaso no será que no hablan de voto útil "para qué" sino de voto útil "para quién"? Mi voto, útil por supuesto, será el domingo para Ciudadanos.

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