En la Semana Santa de 1986 la Policía Municipal de Zamora recibía el título de "Escolta de Honor" de la Virgen de la Soledad, a la que acompañaba en su desfile procesional de sábado un piquete de gran gala y una sección de agentes de este Cuerpo municipal. En aquella Semana Santa de 1986, como jefe de la Policía Municipal de Zamora, recibía de manos de la presidenta de la Sección de Damas, ante la presencia del presidente de la Cofradía de Jesús Nazareno, el honroso nombramiento de "Escolta de Honor" de la Virgen de la Soledad. Desde entonces, cada año participé en la procesión del Sábado Santo hasta la fecha de mi jubilación en 1995. En años sucesivos, como espectador veo con orgullo desfilar acompañando a la Virgen a los miembros del Cuerpo de la Policía Municipal zamorana a la que pertenecí cuarenta y seis años.

El viernes 8 de marzo de 1996, ya jubilado, publiqué en el diario La Opinión-El Correo de Zamora un modesto poema en homenaje a la Virgen, que si es cierto que no tiene calidad literaria alguna, tiene la expresión de lo que siento por mi querida Virgen zamorana:

Soledad Acompañada: Virgen de la Soledad, jamás estarás sola, que está contigo Zamora y reza con ansiedad. Soledad, Inmaculada, contigo está la "Bien Cercada". Las mujeres de Zamora, se unen en tu dolor y te dan su compañía, junto con todo su amor. Virgen de la Soledad, nunca tú sola estarás. Las calles de esta ciudad lloran lágrimas de cera al pasar la Soledad que la multitud espera.

Virgen de la Soledad, contigo queremos estar. El honor de acompañarla, no es el de unas cuantas damas, es el de toda Zamora que quiere verla y amarla.

Virgen de la Soledad, Zamora contigo está. Contigo también Zamora, que no quiere que estés sola, te sigue Reina y Señora, te reza, te ama y te llora.

Soledad, Virgen bendita, Zamora te necesita. En tu marcha Virginal te dan Escolta de Honor, poniendo todo su amor, la Guardia Municipal. Soledad, Señora mía, te adora tu Policía.

Esas manos enlazadas, caídas en tu regazo, por el pueblo zamorano siempre serán veneradas. Soledad, Madre y Señora, está contigo Zamora. Esas perlas lacrimales, que bajan por tu mejilla, pudieran ser la semilla para curar tantos males.

Soledad, Nuestra Señora, mucho te ama Zamora. Virgen bendita, enlutada, en tus manos un rosario, al regresar del Calvario, serás bien acompañada.

Virgen llena de dolor, Zamora te da su amor. Después de ciento diez años, que tu imagen fue creada, eres la más venerada por zamoranos y extraños. Virgen de la Soledad, bien acompañada estás.