El presidente del Congreso de los Diputados, sí hombre, aquel que tomó la alternativa, tras treinta años de hegemonía del nacionalismo, convirtiéndose en el primer lendakari socialista, gracias entre otros a los 13 votos del Partido Popular del País Vasco que le ayudaron a sumar, es decir, Patxi López, hoy convertido gracias a otro apaño en presidente del Congreso de los Diputados, se ha propuesto abrir un nuevo frente a los muchos que sangran y lastran la vida de España.

López ha tomado posición al lado del PSOE de Sánchez, pretendiente al trono monclovita a toda costa, para que el Gobierno en funciones que preside Mariano Rajoy, siempre en boca del socialista, se someta al control parlamentario. Parece que el resto de formaciones políticas son de la misma opinión. En esa especie de acoso y derribo a la figura de Rajoy, muñeco del pim pam pum en esta historia, todo parece valer. Y no es así. No se trata de defender a unos en perjuicio de los otros y viceversa. Se trata de evitar un "Fraude de Constitución", ya que según el Título V de la Constitución, el control parlamentario a un Gobierno cesado podría constituir "fraude de constitución" al haber obtenido en la anterior legislatura la confianza de la Cámara.

Y si solo fuera eso. Pero es que hay otros precedentes que la desmemoria interesada de algunos partidos parece no recordar. Mientras Patxi López amenaza, sí, amenaza con elevar este conflicto institucional ante el Tribunal Constitucional si Moncloa no rectifica su decisión de no comparecer ante la nueva Cámara, resulta que, total, no hace tanto, por un lado Susana Díaz, en lo que a Andalucía respecta y por otro Artur Mas, en lo que a Cataluña respecta, vivieron una situación parecida, sin que nadie presionara.

Y no fueron pocos los días que ambos vivieron en funciones sin someterse a control alguno. Díaz estuvo de esa guisa más de tres meses. Y Mas a lo largo de cuatro. Ya es casualidad que a nadie de la oposición, ni a las cabezas visibles de ambas Cámaras, se les ocurriera iniciar una polémica como la que ahora ha planteado López que quiere su ratito de gloria.

En esa especie de acoso y derribo abierto a la figura de Rajoy, hasta el punto de declararle persona non grata en su Pontevedra del alma, cosa que todavía no se ha hecho con Besteiro, sí, hombre, el amigo de Sánchez que se va cara a la galería pero se queda cara a sus intereses personales y políticos, da la sensación de que cualquier cosa vale. Incluso abrir frentes nuevos y dar luz verde a fraudes que tratándose de los socialistas son a la carta. Para ellos el as que siempre parecen guardar en la manga, para los demás los naipes que no tienen valor alguno en juego alguno. Son ganas de incordiar. Son ganas de crear falsas polémicas que solo buscan réditos futuros. Son ganas de liar la madeja y distraer al personal sobre lo que en verdad está en juego.