Me dice mi amiga Eva Ariza que si fuéramos más reivindicativos y nos lo propusiéramos en serio, lo mismo entre todos lográbamos acabar con el cachondeo de las políticas energéticas que tanto gustan a los gobiernos de España, pasados, presentes y futuros. Dice mi amiga Eva que si en lugar de tanto presumir de europeos y europeístas, a quienes corresponde se fijaran más en lo que hacen sus homólogos de Francia o de Bélgica o de Holanda, no tendríamos que andar todo el día con el hacha de guerra en la mano despotricando del precio de los kilovatios patrios y de los impuestos y costes patrios vinculados a las políticas energéticas patrias.

Porque resulta que el precio de la luz que pagan los hogares españoles ha subido en España el doble que en el resto de la Unión Europea durante la crisis económica. Y el canario José Manuel Soria, ministro de la cosa, como va por el horario de su tierra, como que no se entera creyendo que la ignorancia es un eximente. Este señor hace tiempo que debió haber salido de las filas del Gobierno. Peor, imposible. No me extraña que tengamos el bolsillo tan dolorido. A ver, entre el segundo semestre de 2008 y el mismo periodo de 2014, el coste de la electricidad aumentó en 0,081 euros/kilovatio hora, justo el doble que los 0,042 euros/kwh de subida media en el resto de la UE.

Para unas cosas al Gobierno le gusta ser europeo pero para bajar los impuestos y arreglar lo de la luz no puede ser más cazurro, en el sentido de terco, de contumaz. Y los españoles estamos más que hartos de que no solucionen un problema que se enquista en la economía doméstica dando al traste con los cálculos familiares. La consecuencia más significativa es que España se ha situado como el cuarto país europeo con el precio más caro de la electricidad, solo por detrás de Dinamarca, Alemania e Irlanda. Pero es que los sueldos en Dinamarca, Alemania e Irlanda nada tienen que ver con las miserias que reflejan las nóminas españolas.

Ni han hecho nada los que están por favorecer a los hogares españoles en materia energética ni harán nada los que lleguen tras el 20D, si es que al final los pactos propician el cambio. Calculadora en mano, en términos porcentuales, el incremento de la electricidad en los últimos seis años para las viviendas españolas ha sido del 70%, mientras que en Francia o Alemania, segundo y tercer país en el ranking, los encarecimientos fueron del 50% y el 40% respectivamente. Lo de España es una pasada monumental.

Conviene saber que el incremento del coste eléctrico en España está vinculado a costes ajenos al suministro eléctrico y que son cargados al recibo por parte del Gobierno. Para que luego venga el sansirolé bendito del ministro Soria haciéndose el longuis y como si aquí nunca hubiera pasado nada. Pues pasa. Y mucho, gracias a la llamada "cuña gubernamental". Conclusión, los pequeños consumidores, usted y yo, los más perjudicados. Como siempre.