En los últimos años, la crisis económica ha engordado de forma considerable las listas de morosos que existen. Miles y miles de personas han visto como sus nombres eran incluidos en listas de morosos, en ocasiones por deudas que como mínimo se pueden calificar de ridículas.

En muchas ocasiones, salir de estas listas no resulta una tarea sencilla. Cualquier persona que haya tenido alguna deuda pendiente -letras de hipoteca, préstamos personales, facturas de teléfono impagadas, recibos pendientes...- es susceptible de estar incluida en alguna de las listas de morosos que existen en España. Esta situación ocasiona importantes perjuicios a los afectados, que se ven imposibilitados para solicitar productos financieros (préstamos, hipotecas...) y también se encuentran con muchas dificultades para realizar trámites cotidianos como pueden ser la contratación de una nueva línea telefónica o servicios básicos como la luz o el gas.

Todas las complicaciones en las que se ven envueltos quienes figuran en un listado de morosos hacen que sea fundamental evitar ser incluido en uno de estos ficheros. Y es que también en este caso se hace bueno el refrán de 'Más vale prevenir que curar'. Para conseguirlo, puedes seguir estos consejos que te detallamos.

-Evitar los impagos. Como es lógico, lo más importante para evitar ser incluido en una lista de morosos -las más importantes en España son las de ASNEF (Asociación Nacional de Entidades de Financiación) y la RAI (Registro de Aceptaciones Impagadas)- es evitar dejar algún pago sin saldar durante más de 3 meses. De no ser así, su inclusión en un fichero de morosos será inmediata.

-Usar con mesura las tarjetas de crédito. Otra recomendación fundamental para evitar entrar en el lista de la ASNEF o la RAI es evitar situaciones que impliquen que nos sobre-endeudemos. Para ello, debemos utilizar con mesura y responsabilidad la tarjeta de crédito.

-Controlar nuestras cuentas y llevarlas al día. Para evitar situaciones no deseadas que incrementen el riesgo de que seamos incluidos en una lista de morosos, debemos prestar especial atención al dinero que entra y sale de nuestras cuentas. Además, debemos anticiparnos a los pagos que nos van llegando cada mes y ser especialmente cautelosos si prevemos que nuestros ingresos están cayendo, intentando recortar gastos de aquellas partidas que nos lo permitan (agua, luz, calefacción, gasolina...).

-No actuar con el corazón y usar la cabeza. Es probable que en ocasiones nos sintamos defraudados con los servicios que nos ofrecen las compañías eléctricas, de agua, internet, telefonía.... Aunque creamos firmemente que el servicio prestado no es el prometido, debemos apelar a la razón y descartar la idea de tomarnos la justicia por la mano. En este sentido, no es una buena idea dejar de pagar, ya que probablemente esto solo nos conducirá a ser incluido en una lista de morosos. Lo mejor es ponerse en contacto con nuestro proveedor de servicios e intentar dialogar con él para conseguir encontrar una solución. Si no conseguimos una respuesta que nos satisfaga, es una buena idea optar por ponerse en contacto con la oficina del consumidor de nuestra ciudad para que medie en el conflicto.

-Apurar los procedimientos legales. Si ni el diálogo con la empresa ni la mediación de la oficina municipal del consumidor han servido para obtener una respuesta positiva, todavía nos quedan más opciones antes de optar por dejar de pagar y ser incluidos por tanto en una lista de morosos. Podemos, por ejemplo, acudir al arbitraje de consumo, un proceso extrajudicial que tiene como objetivo resolver los problemas entre consumidores y empresas sin necesidad de acudir a la vía judicial.

-Optar por la responsabilidad. Si cada vez tienes más problemas para afrontar tus pagos y tu endeudamiento no para de crecer, quizá sea un buen momento para que te pongas en contacto con tu entidad financiera para tratar de renegociar tu deuda. La mayoría de bancos prefieren cobrar una deuda antes que sumar un moroso en sus balances, por lo que es posible que ambas partes encontréis una solución que evite que puedas ser incluido en una lista de morosos. Con tu banco puedes negociar, por ejemplo, la posibilidad de ampliar el plazo de amortización de un préstamo, negociar un periodo de carencia, una rebaja del tipo de interés, reunificar deudas...