El Zamora CF juega mañana en el Carlos Tartiere. Allí le espera un Real Oviedo que, a pesar de ser tercero en la clasificación, buscará con ahínco la victoria para dar por zanjado un bache de resultados que no corresponde a los objetivos que se marcaron en la entidad al inicio de temporada. En la plantilla asturiana militan dos viejos conocidos, Iker Alegre y Aitor Sanz. Éste último, actual capitán, augura un partido intenso ante los rojiblancos, «a cara de perro».

-¿Es un partido especial para usted?

-Sí, por supuesto, no será uno más porque hay una unión muy especial. Con el club ya menos porque no queda casi nadie de mi época allí, pero sí con la ciudad porque mi novia es de Zamora y tengo muchos amigos.

-¿Sigue la actualidad rojiblanca?

-Sí, claro.

-La situación ha cambiado desde que se fue, y no hablo del aspecto deportivo.

-La situación económica del fútbol está ahora así y hay pocos clubes que estén bien. Esperemos que un par de temporadas todo vuelva a la normalidad.

-El sábado, tanto el Real Oviedo como el Zamora CF se juegan mucho, aunque luchan por objetivos muy distintos.

-Nosotros tenemos una exigencia muy grande porque no estamos teniendo grandes resultados últimamente. Para ellos es una situación complicada y creo que va a ser un partido a cara de perro.

-¿Qué partido espera?

-Creo que viendo el juego de contragolpe de ellos, nos darán la posesión del balón e intentarán salir a la contra.

-¿Un partido duro?

-Será intenso, seguro, por lo mucho que nos jugamos los dos.

-¿Cómo está el vestuario tras la derrota en Leganés?

-Dolido. Era un partido importante para engancharnos. También hay una parte de optimismo en la derrota. Se vieron cosas buenas. Hasta el minuto 60 fuimos un equipo y después, otro.

-¿Qué pasó?

-No sé si por demérito nuestro o mérito de ellos. El Leganés es un equipo muy físico que está cómodo en ese tipo de situaciones y a partir de ahí decaímos. Nos abrimos, nos faltó estar más juntos. A las segundas jugadas nos costaba llegar y supieron sacar provecho de ello.

-¿Una cuestión física?

-No creo. En lo que a mí respecta, me siento bien físicamente. El equipo está bien.

-De las novedades que quiere instaurar Granero desde que cogió las riendas del banquillo, ¿qué destacaría?

-El técnico incide mucho en la presión tras la pérdida. Es su principal preocupación. Ha cambiado con el nuevo entrenador y lo estamos mejorando. Cada vez que hay un pase atrás le gusta trabajar la salida de la defensa, sacar el culo de atrás y empujar. Además, cuando tenemos el balón, tenemos que proponer algo más. Se vieron cambios, pero implantar un estilo en tres días es muy complicado. Con el paso de la semana iremos mejorando. En la recta final estaremos en el punto álgido.

-Habla mucho con los pivotes.

-En Leganés fue porque ellos habían cambiando la forma de jugar y estábamos buscando la salida de balón. Trataba de encontrar soluciones. Quiere manejar diferentes situaciones: si no se puede jugar por abajo, debemos buscar el balón más directo.

-Alfaro dijo que el Oviedo había estado a otras cosas que no era el partido de Butarque.

-No tocaba estar pendiente del rival. Cuando cambias de entrenador es lógico fijarse en uno mismo, en qué aspectos mejorar. Nosotros debemos fijarnos en nosotros porque si estamos bien podemos ganar a cualquiera. Hay que tener tres o cuatro pinceladas del contrario. Además el Leganés tiene un sistema muy básico, parecido al que usaba Pacheta el año pasado aquí.

-El líder está a nueve puntos y quedan nueve jornadas.

-Es complicado alcanzarles. Ellos han perdido muchos puntos en las últimas semanas, el problema es que nosotros también. Tenemos que centrarnos en cada domingo y no mirar más adelante. Empecemos por Zamora y luego creceremos. Podemos llegar al primero, pero no podemos obsesionarnos.

-¿Le parece que el Tenerife tiene mejor plantilla que el Oviedo?

-Tiene buenos futbolistas, igual que nosotros. Han sido más regulares, ésa es su ventaja. Sobre todo fuera de casa, contra rivales de abajo en los que ellos no han fallado. Queda mucho. Lo pelearemos hasta el final. Van a tener que luchar.

-El cambio de entrenador le sigue otorgando el papel de titular.

-Granero lo dejó claro desde el primer día: no hay jugadores titulares ni jugadores suplentes. Puede jugar cualquiera. Tenemos muchas variantes con las que jugar. Cerrajería, Iván Rubio o Señé pueden entrar en cualquier momento.

-¿Lo sorprendió la destitución de Sarriugarte?

-Fue una destitución atípica, pero la desconexión con la grada era evidente. No era beneficiosa para el equipo, el consejo decidió que había que hacer un cambio y nosotros vamos a muerte con esa decisión. Igual que si la decisión hubiera sido otra. Lo importante es mantener a la afición contenta, para que esté con el equipo. Y eso lo miden los resultados. Una parte importante de culpa es de los jugadores.

-Su ex técnico se mostró sorprendido por sus declaraciones.

-Prefiero no contestarle. Mi trabajo es estar centrado en el partido del Zamora.

-¿Cómo valora su rendimiento esta temporada?

-Soy consciente de que en épocas del año he estado a un nivel más bajo que otras temporadas. Hay que ser realista. Ahora me encuentro bien. Estoy avanzando. Del partido de Leganés me fui satisfecho a título individual. Estoy preparado para llegar a la recta final en las mejores condiciones posibles.

-Lleva trece amarillas. ¿Condiciona su juego ver una tarjeta en la primera mitad?

-Puede ser, puede ser... Hay situaciones que lastran, hay jugadas en las que tienes que ir duro y el hecho de tener una amarilla te puede cohibir. Cuando hago una entrada, nunca voy con mala fe, busco el bien para el equipo. Hay veces que no estoy acertado, lo reconozco. Otras recupero muchos balones por jugar con esa intensidad. No es algo que me obsesione.

-No parece que ayude la capitanía.

-Poco. Ya me tienen fichado. Muchas tarjetas son merecidas, otras no. Algunas me dan rabia porque me las sacan en la primera falta que hago. Podría levantar un poco el pie para evitar tarjetas, pero no es mi forma de jugar. Necesito estar intenso, ir al duelo fuerte porque si no estoy intenso baja mi nivel. Tendría que medir un poco más, quizás no haya manejado bien esas situaciones. Pero de todo se puede aprender.