Durante muchos años, Arcel Andrés ha defendido la camiseta del Club Balonmano Zamora, ejerciendo como capitán durante la época más gloriosa de la entidad. Sin embargo, la espalda de Arcel comenzó a no dejarle jugar al cien por cien y, por eso, optó por retirarse al término de la pasada campaña. Hoy, el capitán que recogía trofeos en nombre de su equipo deja su número 11 en manos de Andrés Pérez, el primer canterano en tomar el testigo de la «vieja guardia».

Arcel y Andrés comparten algo más que el dorsal que ambos lucirán en el primer equipo del BM Zamora. Ambos han llevado hasta ahora una vida deportiva muy similar.

Arcel comenzó a jugar a los diez años en el Colegio San Fernando, que ahora es el San José de Calasanz; centro en el que hace cerca de siete años (con la misma edad que su predecesor) comenzó a interesarse por el balonmano Andrés Pérez.

Tanto el capitán como el canterano encontraron en este deporte algo insustituible hasta el día de hoy, una parte de su identidad. Los dos pasaron por las categorías inferiores del club y cuando alcanzaron los 17 años optaron al primer equipo.

Sin embargo, los paralelismo concluyen ahí, en ese punto en el que Andrés Pérez se haya ahora. Y es que, Arcel, cuando tenía 17 años, vio su carrera en el balonmano interrumpida por la desaparición del Inzamac. El «aprendiz» tiene pues, gracias al esfuerzo del capitán y su generación, la oportunidad de ser aún más grande que su «maestro».

«Es fenomenal que un jugador de la casa lleve tu nombre y más Andrés, que es un juvenil al que yo veo con muchas posibilidades de mejorar y hacerse un hueco en la categoría», comentaba Arcel sobre su relevo en el MMT Seguros, deseando lo mejor a su pupilo: «Ojalá pueda estar tanto tiempo en su poder ese dorsal como estuvo conmigo».

Para el juvenil, «supone todo un orgullo representar a toda la cantera en el conjunto sénior», donde ha sido el primero en llegar y espera «hacerlo lo mejor posible». Andrés afirma que es todo «un honor vestir el dorsal del capitán, de un jugador único». Un número 11 con el que espera «hacerlo tan bien» como su anterior dueño en este primer año con un grupo «donde todos son muy buenos». Un salto que, como hubiera dicho Arcel, supone «una responsabilidad que hay que aceptar para seguir creciendo, mejorar y aportar».