A Benjamín Matilla, responsable de la administración de loterías de El Puente de Sanabria, le sorprendieron las numerosas llamadas que recibía en su oficina preguntando por el número 17.279, o lo que es lo mismo el 17 de febrero de 1979, para el sorteo especial de Navidad del 22 de diciembre. Tal era su intriga por las peticiones de este número que a una de las personas que llamó interesándose por el décimo le preguntó el porqué de tanto interés.

La señora, "muy amable y educada, me preguntó que si no conocía la historia de un matrimonio que perdió su alianza en el mar". La administración a cuenta de la noticia esta ha vendido 600 décimos del 17.279, alguno se ha quedado, "por si acaso", en la comarca y alrededores.

Nadie iba a sospechar que aquella aventura que comenzó hace 37 años debajo del mar iba a levantar tal ola por las redes sociales que ha salpicado a la falda de la montaña sanabresas.

Una instructora de buceo de Benidorm nacida en la ciudad bonaerense de Don Torcuato, Jessy Cuesta, encontró en el fondo del mar un "tesoro" sentimental, la alianza en la que figuraba grabada una fecha. El hallazgo se produjo a mediados de agosto cuando daba una de sus clases en compañía de una alumna.

Ella misma gritó "!Oh¡ Un tesoro" cuando vio algo brillar en el fondo. La alianza rebelaba parte de un misterio, la fecha y un nombre.

Jessy se propuso entregar a la pareja la joya encontrada en el fondo del mar, aunque con muchas dudas y, la principal, si el matrimonio seguía unido. Unas 75.000 personas compartieron a través de la red social de Facebook el reto de esta buceadora de localizar a su propietario y darle la alegría.

Al tercer día apareció en las redes Juani, la mujer de Agustín Aliaga quien en unas vacaciones perdió su anillo. Juani con los nervios le tuvo que preguntar a su marido en qué año se casaron porque no se acordaba y creía que había encontrado por fin su alianza perdida hacía tres décadas.

El matrimonio afincado en Zaragoza trató, entonces, de localizar a Jessy Cuesta. Y finalmente se encontraron, el pasado 19 de septiembre, en el bar que regenta el matrimonio. La pareja, agradecida por devolverle su pequeño tesoro sentimental después de tantos años, obsequió a la joven buceadora con un centro de flores y un décimo de lotería con el número 17.279, o lo que es lo mismo, la fecha del 17 de febrero de 1979.

Si el azar juega a favor de casa, tal vez la instructora de buceo tenga que venir a Sanabria a dar unas clases y el matrimonio maño a disfrutar de las orillas fluviales. Una pizca de la suerte está echada en los 600 décimos que han volado desde la administración de lotería de El Puente de Sanabria, muchos a Aragón donde mantienen la esperanza de recibir una alegría de la mano del 17.279.