El cumpleaños de Paulina Fernández, de Peleas de Arriba, que llegaba a los cien, se convirtió, el viernes por la tarde en todo un acto de reconocimiento tanto por la Asociación de Jubilados Fuente La Lágrima como por su familia, que acudieron a la misa que se celebraba a media tarde en la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción.

El homenaje comenzaba ahí mismo, cuando compañeros de la asociación le hacían entrega de una placa a modo de distinción a Paulina, "que siempre ha sido una gran persona y buena vecina". La centenaria, viuda desde hace 20 años, vive con una de sus hijas en el pueblo "al que quiero mucho y de aquí no he salido nunca, más allá de Valparaíso, donde se celebra todos los años la fiesta de San Fernando. Y me sé toda su vida y también la de su madre, Berenguela", refiriéndose al rey que subió a los altares.

Con una salud envidiable, "tan solo soy diabética", la veterana vecina de Peleas de Arriba tiene tres hijos y seis nietos, algunos de ellos presentes ayer en la onomástica, al igual que muchos vecinos que demostraron el cariño acompañando a su querida peleína y resaltando sus mejores cualidades y picardías. "Le encanta jugar a las cartas, a la brisca, ganarnos y hacer trampas", pero sobre todo, Paulina es bien conocida por la infinidad de trabajos realizados a ganchillo, una de sus aficiones, y el haber trabajado mucho "desde bien jovencita".

Ese es el secreto, "trabajar y alimentarte bien, porque yo he tenido huertos, gallinas, y ahora lo que comemos ni se sabe de dónde viene". Un generoso ágape en las dependencias del salón municipal ponía el broche de oro a la jornada del 4 de marzo de 2016, cuando Paulina Fernández cumplió los cien años en inmejorable compañía.