Los atracadores, una vez culminada la faena, al parecer intentaron pasar desapercibidos y salir hacia la parte trasera, por una puerta que da a la zona "Los Huertos". Pero al no poder hacerlo habrían salido por la puerta principal, por donde entraron. A partir de ahí la historia real supera a la ficción de la mejor película de atracos.

Lucía Barahona Rivas, tras la huida de los asaltantes, a pesar de su edad, ronda los setenta años, se habría desplazado como buenamente pudo, a rastras, pues estaba atada de pies y manos, hasta la cocina, donde logró abrir un cajón y coger un cuchillo con los dientes y, de este modo, cortar las cuerdas de paca de los pies. Aunque lo intentó no pudo cortarse las de las manos al quedar atrancado el cuchillo. La mujer salió a la calle, con las manos atadas y el cuchillo atascado, y logró recorrer unos doscientos metros hasta la casa habitada más próxima donde logró llamar y ser atendida por la familia de Juliana Fernández. Desde allí se dio aviso a la Guardia Civil y a Emergencias 112. Hasta Figueruela se desplazó una ambulancia en cuyo interior fue atendida por sanitarios del Centro de Salud de Aliste (Alcañices). La mujer presentaba signos de violencia: tenía ensangrentada la cara. Tras ello acompañó a efectivos de la Guardia Civil a la casa, para hacer el primer reconocimiento. No ha trascendido aún lo que fue sustraído aunque entre otras cosas se da por hecho que se habrían llevado el dinero y también tabaco. Ayer la Policía Judicial de la Guardia Civil se desplazó hasta Figueruela para tomar las huellas y poder dar con los autores. La tienda "Barahona" que lleva atendiendo a los vecinos desde hace más de sesenta años estuvo cerrada.