La operación contra la banda terrorista ETA en Bermillo de Sayago, el 9 de enero de 2010, que permitió la interceptación de una furgoneta cargada de explosivos y la posterior detención de dos etarras cuando huían hacia Portugal, "aceleró el final de la violencia de ETA". Lo afirma Alfredo Pérez Rubalcaba, quien por esas fechas era ministro del Interior del gobierno socialista.

La reflexión del también ex secretario general del PSOE y ex vicepresidente del Gobierno en su blog en el Huffington Post desentraña la relevancia de la actuación antiterrorista en la villa sayaguesa, pues llevó al descubrimiento, el 4 de febrero de 2010 en Portugal, de 1.300 kilos de explosivos preparados para su utilización. "La operación permitió así mismo evitar dos atentados ya programados: uno en un edificio madrileño, que ETA pensaba volar con una bomba semejante a la utilizada en el atentado de la T4, y el otro en un cuartel de Cádiz" detalla el entonces ministro del Interior del gobierno Zapatero.

"Todo ocurrió el sábado 9 de enero del año 2010 sobre las 10 de la noche. En la carretera local 527, a la altura del municipio zamorano de Bermillo de Sayago, una pareja de la Guardia Civil dio el alto a una furgoneta sospechosa" relata Pérez Rubalcaba.

Recuerda el político socialista que Garikoitz García Arrieta, conducía la furgoneta y consiguió huir "pero sería detenido pocas horas después en Portugal". El vehículo detenido en Bermillo "trasladaba material electrónico desde Francia hasta un taller de explosivos que la banda terrorista había instalado en la localidad portuguesa de Óbidos".

El calado de la operación se basa en que permitió descubrir algo desconocido hasta el momento, como era "la decisión de crear esa nueva base logística en un país muy ajeno a las actividades de ETA... Se trataba de una apuesta tan arriesgada como audaz que, de no haber sido por la interceptación de la furgoneta, habría dado muchos quebraderos de cabeza a las fuerzas de seguridad".

El propio Rubalcaba cuenta que recomendó la concesión de una medalla a los dos guardias civiles del Puesto de Bermillo "que en pleno mes de enero, un sábado por la noche a varios grados bajo cero, estaban cumpliendo un servicio de vigilancia en una carretera local por la que solo pasaría algún coche de tarde en tarde".

La evocación del ex ministro del Interior viene a cuento tras la resolución del caso del asesinato de la joven Eva Blanco, que se produjo hace 18 años. "Ejemplares servidores públicos", en referencia a los guardas civiles, habían estado investigando sin darse por vencidos hasta dar con el asesino. "Al leerlo me he acordado de esa otra detención, la de Bermillo de Sayago, que con toda certeza aceleró el final de la violencia de ETA cuyo cuarto aniversario celebraremos en pocos días. Las dos llevan la impronta de la Guardia Civil".