La inauguración de la muestra dedicada a Bercianos celebrada ayer en Valladolid contó con sus verdaderos protagonistas, ya que más de 70 vecinos de la localidad, la mayor parte cofrades, se desplazaron a la capital vallisoletana para conocer en primera persona los resultados de la restauración realizada sobre las imágenes y elementos que portan en las procesiones del Jueves y Viernes Santo. Una oportunidad que les permitió descubrir ilusionados sus rostros o las de sus familiares ya desaparecidos en las imágenes instaladas en el recorrido expositivo o en el vídeo que también se proyecta durante la visita. Entre ellos se encontraba Manuel Rodríguez, que lleva en la cofradía más de 50 años y logró identificarse en varias de las fotografías. «También he visto a mi madre, que murió hace 30 años, en el vídeo», según relató emocionado. Otro de los vecinos de Bercianos que tampoco se perdió la inauguración fue David González, de 85 años, que sale en la procesión desde que tenía 25 y asegura que sus dos hijos también han heredado la tradición. Otro de los protagonistas era Pedro Santiago Fernández, de 70 años y cofrade desde los 28, quien heredó la tradición de sus padres y se la ha transmitido a sus hijos.

Precisamente ese relevo generacional es uno de los aspectos más destacados para Benito Arnaiz, etnógrafo de la Dirección General de Patrimonio. Según apunta, «han tenido la capacidad de transmitir a lo largo de varios siglos una manifestación de patrimonio cultural interrelacionada con las creencias y los modos de vida».