El retejado parcial realizado en la iglesia de San Martín de Tours de Molacillos ha permitido subsanar algunas de las goteras que sufre este templo, que se han agravado durante las últimas lluvias. El arreglo se ha realizado en las dos cúpulas laterales, donde se concentraban la mayor parte de las filtraciones de agua, y ha sido sufragado por la propia parroquia. Una reparación puntual que, en todo caso, no impide frenar el grave deterioro de este monumento, declarado Monumento Nacional en 1983 y el único referente de la arquitectura barroca levantina en Castilla y León «Hacemos lo que podemos, pero los recursos de la parroquia son limitados porque Molacillos es un pueblo pequeño», reconoce el párroco Pedro Fagúndez, que atiende otras cinco localidades de la zona. El gran tamaño de este emblemático templo, rematado por una torre de 50 metros de altura, «resulta desbordante», según admite el sacerdote, quien hace referencia al estribillo de una conocida canción, «qué hace una iglesia como ésta en un pueblo como éste», para destacar el contraste entre la grandiosidad del templo y el pequeño tamaño del municipio, que cuenta con menos de 300 habitantes.

La larga lista de deficiencias que presenta el monumento ponen de manifiesto la necesidad de una reforma integral. La numerosa presencia de aves que han elegido este templo para instalarse, en el que se alojan cerca de una quincena de cigüeñas e innumerables palomas, originan goteras al remover las tejas. Estas filtraciones se traducen en grandes manchas de humedad y desprendimientos de pared y pintura en el interior. De hecho, la mayor parte de la ornamentación que cubría las paredes y otras partes de la iglesia han desaparecido casi por completo.

Sin embargo, el párroco asegura que «hay que ser realistas de la situación económica en la que nos encontramos» y que, a su juicio, impide abordar la elevada inversión económica que sería necesaria para recuperar el templo mediante una reforma integral. El mal estado de la iglesia también ha sido puesto en conocimiento de la Dirección General de Patrimonio de la Junta de Castilla y León dada su competencia al disponer de la declaración como Monumento Nacional. Aunque el templo requiere una reforma integral, el párroco también apunta que, en su defecto, «lo más urgente es realizar un retejado completo de la cubierta, que es la que se encuentra en peor estado». Ante la ausencia de recursos del Obispado y de la Junta para abordar los arreglos necesarios en el templo, el sacerdote se muestra dispuesto a apoyar otras iniciativas para la obtención de fondos. Por ello anuncia su respaldo a iniciativas similares a la llevada a cabo por un grupo de vecinos en Villalpando que ha creado una asociación para evitar el derrumbe de la iglesia de San Pedro. Según afirma, «cualquier cosa que sea buena para la iglesia es bienvenida», aunque matiza que «no hay que olvidar que se trata de una iglesia destinada al culto y no al turismo» ya que, a su juicio, «está deteriorada pero de momento cumple con unas condiciones aceptables para su uso». En este sentido destaca la labor realizada por un grupo de vecinos de la localidad, que colaboran en la limpieza y mantenimiento de la iglesia, así como en la colocación de flores. Al margen del retejado parcial, la parroquia a abordado otras pequeñas mejoras, aunque más centradas en la recuperación artística, como la restauración de un sagrario del siglo XVI, de una escultura de San Juan y la corona de la Virgen.