Los ríos Aliste, Cebal, Manzanas, Mena, Castrón, Frío y Cabrón, alcanzaban su máximo nivel del invierno en la madrugada del domingo al lunes tras intensificarse las lluvias durante la jornada del domingo. La avalancha de agua convirtió las calles de los pueblos en auténticos arroyos y los ríos volvían a desbordarse ocupando áreas urbanas de varias localidades como Las Torres, Palazuelo de las Cuevas, San Vicente, Bercianos y Flores, Valer o Moveros.

Mientras, procedente de la cercana Sierra de la Culebra, el arroyo «Palomillo» volvía a anegar el entorno de las carretera N-631 y la de Escober, colindante al casco urbano, en la zona donde se ubica el Centro de Logística de la Mancomunidad de Servicios «Tierra de Tábara». La pradera se convirtió en una auténtica laguna. La Diputación Provincial señaló ayer que en el Puente de Domez de Alba el agua también sobrepasó el límite causando la anegación del mismo. La estación pluviométrica de Alcañices, atendida por Tomás Castaño Fernández, registró el domingo un total de 30 litros por metro cuadrado. En febrero ya han caído en tierras alistanas un total de 136,5 litros en sólo diez días, que sumados a los 209,6 de enero, suman ya un total de 346,1 litros en los 41 días de 2014. Autoridades y vecinos apuntan que «la tierra ya no traga ni una gota más y ahora, cada vez que venga un frente, el desbordamiento de los ríos va a ser algo garantizado, con sus riesgos». Jubilados que mantienen como actividad de entretenimiento los pequeños huertos de «sementijos» mostraban ayer su preocupación: «como no pare de llover nos acaba con puerros, berzas y ajos».