La visita concluyó con la escalada de los estudiantes a un montículo desde donde se contempla en toda su estampa la famosa Cazuela, así como el complejo del salto de Ricobayo. El fresco aire que soplaba ayer en esta atalaya no afectó al interés de un alumnado sorprendido por tan extraordinaria visión.

La profesora María Auxiliadora Hernández destacó la importancia de visitar el laboratorio de Hidráulica «porque es casi único en Europa». De hecho «desde hace dieciocho años» no deja de acercar a sus alumnos de la asignatura de Tecnología Eléctrica y Electrotecnia a la central hidroeléctrica de Ricobayo «para que vean el funcionamiento». «En la Escuela tenemos modelos reducidos, pero no tienen nada que ver con éstos», dijo.

El joven Hugo Sánchez expresó su admiración por todo lo visto y manifestó estar sorprendido «porque la naturaleza sea capaz de provocar fenómenos» como los deparados en Ricobayo. También Álvaro Sánchez destacó la experiencia vivida durante la jornada de ayer, y siguió con interés el desarrollo de las explicaciones. Pero fue el manejo de los modelos reducidos y la forma de actuar del agua lo que más les llamó la atención y les llevó a desenfundar las cámaras fotográficas para inmortalizar la vivencia.

El encargado, Fermín Faúndez, explicó el proceder del agua y, para mayor visualización, coloreó la corriente que permitió en uno de los modelos.

No dejó de llamar la atención al ingeniero de Iberdrola que las cuestiones más planteadas por los estudiantes tuvieran que ver «con la tarifa eléctrica, cómo se valora el precio de los kilovatios horas». Álvaro Sánchez señaló que estas preguntas se hicieron «porque es lo que más toca al bolsillo».