La villa de Alcañices se convirtió ayer en la capital festiva de «La Raya» de España y Portugal con la celebración del día grande en honor a su patrono San Roque donde la alegría y la diversión abanderaron la masiva participación de vecinos y de foráneos: niños, jóvenes y mayores: nadie quiso perderse la cita obligada con el jolgorio.

Llegado el mediodía un San Roque engalanado con flores salía de su morada, en la iglesia de la Virgen de la Asunción, para, arropado por sus numerosos y siempre fieles devotos, procesionar por las calles hasta el Santuario Mariano Diocesano de Peregrinación de la Virgen de la Salud.

Las dulzainas, tamboriles y bombos de la agrupación folclórica alistana Manteos y Monteras pusieron la música a una concurrida y emotiva comitiva, donde los folcloristas y los propios vecinos lucieron con elegancia la indumentaria tradicional de Aliste de gabachas y zapatos de oreja, pendientes y arrecadas, aquella que incluso, invitados por el Marqués de Alcañices, brillaron con luz propia en la boda de Alfonso XII con María de las Mercedes.

Culminados los rezos y ofrendas de la misa tradicional alistana aderezada con los cánticos de Manteos y Monteras, -presidida por el Alcalde Jesús Lorenzo Mas y la Corporación Municipal-, los niños abarrotaron la Plaza Mayor para participar en el lanzamiento de granadas japonesas con regalos.

La Plaza Ferreras se convertía camino ya de la anochecida en fuente del saber y del pasado con las comedias de corral: aquellas donde los vecinos de un pueblo disfrutaban de la farándula y de «Don Juan Tenorio». Miembros de la asociación «Amigos de Alcañices» fueron los encargados de escenificar «El Casamiento», comedia típica alistana, original de una vecina de Tola: María Gago.

Las peñas alcañizanas han sido protagonistas directas de la movida diurna y nocturna con la participación actos como las verbenas populares: la de ayer con la actuación del grupo «Waykas».