Los quintos de Coreses dedicaron la tarde de ayer a cavar el hoyo para instalar con posterioridad el tradicional Mayo. Los jóvenes realizaron los preparativos a pesar del mal tiempo y la lluvia, que les hizo acabar manchados de barro. Sin embargo, gracias a que pusieron todo su empeño cumplieron su objetivo.

Después de terminar los preparativos, los quintos compartieron una cena para recuperar fuerzas antes de volver sobre las once de la noche a colocar el Mayo.

Según manda la tradición, después de la instalación del tronco se celebra un baile, mientras los quintos y quintas van poniendo ramas por las puertas, las más grandes donde viven sus novios o novias.