El turismo micológico puede generar en una temporada normal más de 4,6 millones de euros y casi 180 empleos a tiempo completo en la Comunidad, según datos del "Manual para la gestión del recurso micológico forestal en Castilla y León".

Más de un millón de euros corresponden a Soria, principal destino de este turismo, seguida de León con más de 876.000 euros, Segovia con casi 671.000, Salamanca con cerca de 532.000, Ávila con otros 461.000 y con 419.000 Burgos.

A Zamora corresponden cerca de 274.000 euros, a Palencia unos 164.000 y a Valladolid poco más de 88.000, según este libro editado por la Junta de Castilla y León.

De las casi 120.000 pernoctaciones que puede suponer este tipo de turismo en una temporada micológica normal, correspondientes a más de 42.000 turistas, casi el 21 por ciento corresponden a Soria, el 20 a León, algo más de un 15 a Segovia, el 12 a Salamanca, el 10,5 a Ávila, el 9,5 a Burgos, el 7,8 a Zamora y el 3,7 a Palencia.

Esta cifra de pernoctaciones representa casi el 9 por ciento del total del turismo rural y el número de turistas el 13 por ciento.

Ruta Micológica Trefacio-Murias

La zona de Trefacio es una de los lugares donde se puede disfrutar de este tipo de turismo en la provincia de Zamora. Los hongos que más frecuentemente podemos encontrar durante el recorrido son boletos como Boletus edulis o Boletus aestivalis, setas de ostra (Pleurotus ostreatus), rebozuelos (Cantharellus cibarius), llanegas , gamuzas (Hydnum rufescens), algunas especies curiosas del género Ramaria, y en la zona de praderas y baldíos champiñones (Agaricus) y senderillas (Marasmius oreades). En cualquier momento es posible encontrar la especie característica de la zona por excelencia, los cucurriles (Macrolepiota procera).

Pero el mundo de la micología es complicado y entraña sus riesgos. A la hora de recoger setas y consumirlas, hay que seguir una serie de normas para disfrutar de forma segura de la recogida y la degustación este manjar silvestre. La Asociación Micológica de Zamora da las claves para conseguirlo:

1. No pisotear ni destrozar los setales. Todas las setas, incluidas las no comestibles y venenosas, son elementos muy importantes para el bosque y el equilibrio del ecosistema; nunca rastrillar ni apartar la hojarasca. El respeto por la naturaleza ha de ser la norma esencial del micólogo. No participes en el empobrecimiento de nuestros bosques.

2. No recolectar mas de lo que vamos a consumir. De otro modo las setas acabarán en la bolsa de la basura, sin beneficio para nadie. En el medio ambiente liberan esporas y se recicla la materia orgánica.

3. Como norma general, los ejemplares se cortarán con una navaja por la base del pie, dejando así intacto el micelio que producirá nuevas setas.

4. No consumir setas cuya identidad no sea totalmente segura. Solo la perfecta identificación de sus características macroscópicas (pie, volva, anillo, laminillas, ...) y microscópicas (esporas, hifas, ...) puede garantizar la especie. Consultar en caso de duda a personas cualificadas.

5. Conocer las setas tóxicas y mortales de nuestra zona. Y en caso de intoxicación acudir rápidamente a los servicios médicos. Conservar algún ejemplar de las setas ingeridas puede salvarnos la vida.

6. Cuando se trate de ejemplares para exposición, estudio o identificación, desenterrar cuidadosamente todo el pie. Recoger la seta entera. Tres o cuatro ejemplares en distintas fases de crecimiento deberían bastar para éstos fines.

7. No recoger setas ni muy jóvenes y muy viejas. Las primeras son de difícil identificación y las segundas suelen ser indigestas, aún tratándose de especies comestibles.

8. Tomar precauciones en la recogida de setas en tiempo lluvioso. Las setas muy "lavadas" pueden cambiar el color y la textura, dificultando la correcta identificación. Por otro lado, sus características organolépticas (aroma, sabor, ...) se pierden por el exceso de humedad.

9. Los mejores ejemplares son los que están perfectamente desarrollados. Porque aún conservan las características que los son propias en cuanto a color y textura. No destinar al consumo setas procedentes de cunetas o zonas contaminadas (industrias, aguas fecales, ...) ya que pueden acumular sustancias tóxicas.

10. Transportar las setas en cestas de mimbre. O en algún otro recipiente que impida la presión mecánica y favorezca la aireación; esto evitará putrefacciones y favorecerá la dispersión de esporas por el campo. Colocar las setas en láminas hacia abajo para evitar que entre tierra en ellas. Separa claramente los ejemplares no identificados de los otros.