Los vecinos de Cañizo comenzaron la pasada semana a abastecer con camiones cisterna tras detectarse en el agua altos índices de arsénico, fluoruros y cloruros. El municipio se suma así a otros diez pueblos de la provincia que necesitan coger el agua en garrafas por tener contaminados sus acuíferos y su situación es una repetición de la vivida ya en el pueblo en 2005 y que acabó con la construcción de un nuevo pozo de sondeo.

El alcalde de la localidad, Antonio Martín, explicó que «tras la construcción del pozo no pasábamos de los baremos, pero ahora al bajarlos es imposible no dar». El Ayuntamiento informó a los habitantes de Cañizo hace quince días de la situación y según el regidor «se lo han tomado relativamente bien, porque como ya lo han sufrido lo tienen asimilado y conocen el problema. Lo malo es volver a lo mismo».

Martín lamenta que la situación se haya vuelto a repetir más cuando hace seis años se realizó un desembolso de 38.000 euros para la construcción de un nuevo pozo de sondeo que solucionara los problemas de abastecimiento de la localidad. «Es una pena. Ahora ya no se puede hacer otro ya que por lo que se ve se puede contaminar también», asegura. Las soluciones al problema, como en todos los municipios afectados en la Tierra de Campos y en la del Vino, no son fáciles. «Nos queda la posibilidad de máquinas o depuradoras, por ello, nos vamos a poner en contacto con otros alcaldes a ver que se puede hacer y ver algún tipo de solución como la de Castronuevo de los Arcos a ver si es viable», prosigue el alcalde. A pesar de la intenciones Martín considera que, en el caso de Cañizo, el problema es más grave porque «el arsénico es más difícil de tratar».

Un camión cisterna abastecerá una vez a la semana con 11.000 litros a los 290 habitantes del pueblo, que cuenta además con dos bares y una residencia de la Tercera Edad. «En estos tres lugares es donde más problema hay si cabe ya que tiene que prestar un servicio a mucha gente», asegura.

Por otro lado, el alcalde se muestra contrariado por las variaciones de los baremos según el laboratorio donde se envíen las muestras del agua. Así, confirma que «en un mes hemos hecho varios análisis y es mucha la variación de un laboratorio a otro, pero en todos los casos los índices salen alterados y no hay más remedio que ir a buscar el agua al camión».