El encierro de calle desarrollado ayer en El Maderal estuvo marcado por un ambiente de tristeza, sin duda, debido a pesadumbre reinante por la muerte del vecino Lorenzo Tamames Matías durante el primer desenjaule taurino organizado a primera hora del sábado. Los toros utilizados durante la noche, para la exhibición de cortes, fueron soltados de nuevo a la calle, uno a uno, pero también los animales, que habían respondido con bravura en la plaza durante el acto nocturno, se mostraron en la calle con un temperamento flojo y escaso de energías. Al final optaron por sacar a los tres animales a la vez, pero siguieron con una veta desbravada y desmotivada, según cuenta Juan Pascual, de Guarrate, que ayer optó por acudir a El Maderal para disfrutar del encierro taurino.

El desarrollo de este acontecimiento taurino tiene lugar por la zona de bodegas. En estos ámbitos del pueblo se cerca el escenario y allí los aficionados buscan el entretenimiento y la emoción tratando de sacar de los novillos la arrancada y la embestida que pone pasión al festejo. «La gente que acudió al encierro también ofreció ayer un estado desanimado por las circunstancias de la muerte del Lorenzo Tamames, a quien también yo conocía. Y las peñas mostraron igualmente poca animación porque es una situación triste para un pueblo», expresa Pascual. Algunos aficionados, a la vista de la placidez de la que hicieron gala los astados, llegaron a pedir que soltaran al toro que llevó la tragedia a El Maderal.

Igualmente el concurso-exhibición de cortes que tuvo lugar en la madrugada del sábado estuvo presidido por la tristeza. El espectáculo, que se basó en cortes, saltos con pértiga, balancines y desplantes, a tres toros y una vaca, consiguió levantar un poco los ánimos de los vecinos. Los recortadores demostraron con sus piruetas, frente a las reses, gran maestría y talento. La alcaldesa, Demetria Matías Martín, comentó que «la gente se encuentra con menos ganas de lo normal, pero hacen el esfuerzo por disfrutar de lo que queda de fiestas, pese al dolor del terrible accidente». Algunos de los vecinos tuvieron que revivir dolorosos recuerdos al encontrarse de nuevo con el burladero de la desgracia, pero la gente trata de reanimarse con un equipo de cortadores «les han sacado mucho juego a los toros».