Pedro Alonso Lira había escuchado muchas veces a las gentes del pueblo que un jabalí herido es muy peligroso. Ahora lo sabe muy bien tras ver como uno le hincó los colmillos en una pierna.

-Vaya experiencia la suya, como cazador ¿Cómo ocurrió el ataque?

-Eran las 9 de la mañana y estábamos en el paraje de «La Bocica» de Bermillo de Alba, pueblo de donde soy y donde tenemos el coto privado de caza «San Mamés». Yo vi el jabalí en la cama, resguardado por una jaras, me pareció fácil, me dije este es mío, y le disparé dos tiros, certeros, le saqué las tripas pero aún así salió huyendo. Al ver que se marchaba le grite a un compañero prepárate que ahí va y fue entonces cuando el jabalí se dio la vuelta y vino directo a por mí como un toro.

-¿Qué sintió en esos críticos momentos?

-Miedo, sí, porque vi que desde luego no venía con muy buenas intenciones y yo tenía la escopeta decargada, pero no mucho, porque la verdad no me dio tiempo ni a reaccionar y correr. Llegó y me enganchó la pierna con los colmillos. Vino mi compañero Miguel Ángel Gago, lo remató y así me lo quitaron de encima. Dolía mucho, pero lo más aparatoso era ver la sangre que echaba.

-¿Dado el sitio donde le mordió pudo ser grave?

-Dentro de lo malo parece ser que tuve hasta suerte, pues me dijeron los médicos que si me los clava cinco centímetros más arriba me corta la femoral. Entonces si que hubiera sido gravísimo.

-¿En Aliste hay muchos y grandes jabalíes?

-Bastantes. Este que me atacó pesaba más de 130 kilos. Era grande. Aquí en casa tengo la cabeza para disecarla, como trofeo para recordar el 30 de octubre de 2010, que se quedó en un susto pero pudo ser muy grave.

-¿Estamos muy lejos de la Sierra de la Culebra, hay tan al sur monte y fauna salvaje?

-Ahora la mayor partes es monte, desde la raya de los pueblos de Fonfría y Vide de Alba, hasta el embalse del Esla y la Nacional 122 a los lados y hasta Cerezal y Villaflor por abajo. Lobos hay, porque se ven y jabalíes muchos. De eso no hay duda.

-No se le ve muy afectado.

-Hombre ahora ya pasó, veo la herida como si fuera un rasguño de una zarza. Pero si que fue para preocuparse y mi sobrina está ahí recordándomelo cada momento. Yo seguiré cazando y a ver si no me vuelve a pasar. El susto ya pasó.