Fermoselle

La Cooperativa Virgen de la Bandera de Fermoselle quedará a cargo de un nuevo presidente una vez que José Manuel Peños tiene previsto dejar la presidencia porque su vida profesional le mantiene demasiado tiempo alejado de la villa. Así lo ha hecho saber a los asociados, a través de un escrito remitido a la Cooperativa fermosellana. No obstante, se ofrece a seguir como vocal y colaborar en todo lo posible por conseguir que la entidad siga adelante con las mejores perspectivas.

La elección del nuevo presidente deberá resolverse en una reunión de la asamblea de socios, y presumiblemente pase a ocupar la presidencia el actual secretario José María Robles, que subraya que «para tirar del carro se necesitan tres o cuatro personas porque es mucho trabajo para una sola». No obstante, considera que los problemas para el mandatario se han amortiguado en buena medida al haberse pasado de una deuda de 240.000 euros a unos 66.000 «con el sacrificio, especialmente, de los socios que han aportado uvas y no las han cobrado».

José Manuel Peños tomó las riendas en el otoño del año 2006 y su objetivo prioritario fue minimizar los costes para aligerar las cargas de una cooperativa ahogada por una deficitaria situación económica. También se marcó como objetivo incrementar la comercialización y la llegada de la Denominación de Origen Arribes fue recibido con todas las bendiciones. Otra de sus iniciativas era volver a ganarse la confianza de los socios e incluso aumentar el número de asociados, captándolos incluso en los pueblos colindantes.

En su mente estaba, igualmente, fortalecer el embotellado, también del tocante al vino de mesa.

José Manuel Peños, que sustituyó en el cargo a Tomás Marcos, tomó las riendas de la Cooperativa Virgen de la Bandera convencido de que había fórmulas para reflotarla y que el mantenimiento de esta entidad frena la despoblación del medio rural, amenazada aún más con los arranques del viñedo y las jubilaciones.

Los últimos tiempos la Cooperativa ha vivido un proceso complicado al tener que hacer frente a un despido improcedente que ha obligado a los asociados a abonar una cuota para satisfacer una liquidación próxima a los 50.000 euros. Por si fuera poco, también ha debido saldar cuentas con la Confederación Hidrográfica del Duero, que sancionó a la bodega por los vertidos ilegales derivados de la limpieza de depósitos y tolvas.

El aceite es el otro superlativo producto que mantiene las esperanzas de los asociados, y al que se aferra la Cooperativa para salir a flote. Próximamente será repartido a los productores las garrafas con los picos que se mantienen a la espera de que finalice la decantación.

En la próxima reunión, prevista para el sábado, la asamblea será puesta al corriente del estado de cuentas.