Pitones y boas son serpientes capaces de devorar grandes animales gracias a la prodigiosa capacidad de dilatación de su organismo. Ocurre a veces que si no pueden hacer la digestión tranquilamente, acaban expulsando a su presa.

Es lo que ha ocurrido en una granja de ciervos de Sudáfrica. Allí se coló una pitón de cuatro metros de largo que devoró a uno de los animales del granjero Jaco Kotze.

En plena digestión de la serpiente, Kotze y un experto en reptiles decidieron moverla para sacarla del lugar. Fue en ese momento cuando empezó a regurgitar el ciervo, consciente de que no le iban a dejar digerir a gusto su comida, ante la atónita mirada de los dos hombres.