El juez declara nula la venta de una casa en un pueblo de Zamora por ocultar una plaga de termitas

Los compradores han podido rescatar la inversión de 48.000 euros, que requería de otros 76.000 para acabar con los xilófagos

Casa afectada por termitas que el juez anuló su venta

Casa afectada por termitas que el juez anuló su venta / Cedida

La vivienda de planta baja y sobrado de 406 metros cuadrados que la pareja acababa de comprar en Torres de Carrizal ya tenían inquilinos, de nombre: termitas. El sueño de acomodarla para residir terminó en los tribunales para liberarse de una casa con una estructura seriamente dañada por xilófagos.

Poco el duró la alegría a la pareja que creyó haber hecho una buena inversión: 48.000 euros por una finca urbana de 855 metros cuadrados situada en la calle del Prado Verde, número 2, con una vivienda de planta baja de 203 metros cuadrados con dos almacenes de 49 y 38 metros cuadrados; y en la parte superior otro almacén de 203 metros.

Pero la venganza se sirve en plato frío, como suele decirse, y el inmueble vuelve a estar disponible para su compra, solo que con un cartel colgando del balcón de la fachada principal que podría ser malicioso, ya que indica "embargo, se vende". Puede llevar a confusión a los vecinos, sostienen los compradores engañados, dolidos por el proceder de la inmobiliaria.

Para evitar confusiones, hacen público su malestar por una expresión que les apunta como posibles morosos para aquellos vecinos de Torres de Carrizal que desconozcan que una sentencia judicial del 14 de noviembre les permitió recuperar su dinero tras pleitear. La pareja es conocida en la localidad porque acude con asiduidad al pueblo, por eso decidió comprar una casa allí y el 9 de marzo de 2022 firmó las escrituras.

Un chollo engañoso

El secreto de ese buen precio lo descubrieron a los 30 días de haber pagado la finca, radicaba en la plaga de termitas. Y lo que podría verse como un chollo resultó ser un regalo envenenado: la reparación habría supuesto 76.844 euros. La estructura de la casa de planta baja y sobrado estaba dañada totalmente por los insectos que devoran las maderas y que estaban en vigas y otros elementos de la techumbre, según los expertos que inspeccionaron la construcción, tras iniciarse el pleito.

El juez les libró de una auténtica pesadilla, de una propiedad que era una carga inasumible que les llevó a pleitear para rescatar la inversión. La sentencia declaró la rescisión del contrato de compra venta y condenó a devolver los 48.000 euros, más el impuesto de transmisiones de 4.751 euros; 475,76 por los gastos de notario y 29,05 por el registro de la propiedades. En definitiva, 53.257 euros que los compradores habían desembolsado con la operación inmobiliaria. El estudio del perito de los juzgados, cuyo informe es totalmente objetivo, despejó toda duda entre los intereses de la inmobiliaria que se negaba a devolver el dinero y los nuevos dueños del terreno y de las edificaciones que estaban en ruina.

Sentencia del juez

El juez apreció "vicios ocultos" para obligar a reintegrar el dinero que la pareja entregó y que recogen las escrituras. Los compradores pudieron demostrar que la estructura imposibilitaba la ocupación de la vivienda sin realizar un proyecto que casi duplicaba ese precio inicial. Los vicios ocultos indican que el que pone a la venta la propiedad sabe que tiene defectos o anomalías graves que no se aprecian a simple vista, por lo que si no da cuenta de ellos al comprador este nunca los podrá observar.

Esa falta de información le permite no tener que ajustar el precio de esa propiedad a su valor real a la persona interesa en adquirirla, ya que ese vicio oculto, la existencia de termitas, devaluaría su utilidad y, por tanto, el valor de mercado final. La finca se quedaría muy por debajo de esos 48.000 euros.

El informe pericial concluyó que la seguridad del inmueble estaba en juego al comprobarse una "patología generalizada en las condicione de estabilidad estructural por deterioro y merma de los elementos portantes" que implica una clara afectación a las condiciones de habitabilidad. La existencia de termitas invalida el uso residencial de la planta baja, que es la destinada a vivienda, precisamente.

Ante las evidencias, los demandados por este matrimonio tuvieron que admitir el engaño y se avinieron a devolver el dinero que sus compradores habían tenido que gastar para formalizar la escritura, una decisión que solo llegó cuando la titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 5 entró en escena al recibir la reclamación.

Sobre los vicios ocultos del inmueble otro informe pericial encargado por los afectados subrayaba que no era fácilmente observable el vicio oculto ni la magnitud del mismo en la capacidad portante de la estructura del inmueble.

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