Las zamoranas se suman a la condena sin paliativos de lo que "es un delito, señor Rubiales", el beso en la boca que el "sinvergüenza" presidente de la Federación Española de Fútbol propinó a la jugadora Jenni Hermoso durante la entrega de medallas a la selección española por ser campeonas del Mundial de Fútbol Femenino, el domingo 20 de agosto, apunta la Asociación Trece Rosas. Las feministas, que aplauden la destitución del presidente, no dudan en tacharle de "sinvergüenza, machista y delincuente".
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Las críticas no dudan en apuntar también a "todos" los miembros de la Federación "que aplaudieron" a Rubiales el 25 de agosto en la asamblea extraordinaria en la que se esperaba que dimitiera. "Deberíamos, como mínimo, mandarlos al paro por lameculos y por poner la dignidad de las mujeres a la altura del betún".
Las integrantes de Trece Rosas recuerdan a Rubiales que "a una mujer no se le besa en la boca si ella no lo autoriza. Y lo que usted hizo el domingo fue agredir sexualmente a una mujer al besarla sin su consentimiento". En clara alusión a que se estaba cometiendo con él, lo que calificó como un "asesinato social", las feministas replican: "No señor Rubiales, usted no es la víctima, es el agresor. La víctima es Jennifer, a la que usted asaltó por sorpresa y sin pedir permiso. Eso es un delito".
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"El verdugo, no la víctima"
Frente al dedo acusador hacia el feminismo de quien ha logrado levantar un auténtico movimiento social a favor de Jenni Hermoso y en contra del trato que han recibido las jugadoras durante décadas, según denuncian ahora, Treces Rosas aclara que "esto no es cosa de ningún feminismo, esto es cosa de usted, que se saltó la ley y el consentimiento de una mujer y se lo pasó por el sitio que se agarraba el domingo". Un gesto que no dudan en censurar, para apostillar que "vaya usted a saber en honor de qué o de quién" lo hizo para, a renglón seguido, calificarlo como de "muy mal gusto y falto de protocolo".
La Asociación reitera que el máximo representante del fútbol español "es un sinvergüenza, como mínimo. Y un delincuente. Y ha empañado la victoria memorable de las mujeres de la selección de fútbolde este país, convirtiéndose en protagonista, cosa que pareciera le complace enormemente".
Limpiar las instituciones
El debate social suscitado a partir de este hecho execrable debe aprovecharse para introducir cambios en el mundo del fútbol, pero también en otros ámbitos, lo que Trece Rosas traduce en "la necesidad de limpiar las instituciones de este país como el comer, si no queremos ser el hazmerreír de todo el mundo y la vergüenza del deporte".
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Arremeten contra la falta de solidaridad de otros y otras compañeras, "el apoyo de compañeros y compañeros de profesión debería haber sido masivo", destacan, "habría sido muy importante para la dignidad de la futbolista y del deporte, en general. Porque ha sido tímido, muy tímido". Y recuerdan que ese colectivo "no dejan de ser el espejo donde se miran muchos niños y niñas de este país que practican deporte o quieren practicarlo".