La temperatura media de la ciudad de Zamora ha aumentado un grado y medio en los últimos treinta años. Se puede llamar cambio climático, o como cada uno quiera llamarlo. Pero, la única realidad es la que arroja la estación meteorológica de la capital y los datos son contundentes: si en el año 1980 se registraban 13,1 grados centígrados de media anual, en el año 2017 esa temperatura era de 14,7. El análisis climático elaborado por el Ayuntamiento de Zamora revela que es necesario actuar de inmediato para evitar que variables como la anteriormente mencionada se tornen en peligrosas para la vida humana y su entorno. No en vano, los riesgos son altos, de manera que la administración ha elaborado un Plan de Acción para el Clima y la Energía Sostenible para garantizar la habitabilidad del casco urbano el día de mañana.

El documento realizado por la institución de la Casa de las Panaderas traza una estrategia para reducir la emisión de gases contaminantes. El objetivo está cuantificado: en el año 2030, hay que eliminar un 40% del CO2 que la capital expulsa a la atmósfera. Esto, en cifras gruesas, supone hacer desaparecer más de 37.000 toneladas equivalentes de dióxido de carbono. Una ambiciosa operación para la que se requiere la colaboración ciudadana y el compromiso del sector privado.

El concejal de Hábitat Sostenible del Ayuntamiento de Zamora, Romualdo Fernández, ha sido el encargado de presentar este documento estratégico en la lucha contra el cambio climático. Un propósito que prevé reducir las posibilidades de que se produzcan fenómenos adversos en un futuro. De acuerdo con un estudio elaborado por la propia administración local, la capital tiene serio riesgo de enfrentarse a calor extremo, precipitaciones por encima de lo normal, inundaciones y crecidas del río Duero.

Para evitarlo, el departamento dirigido por Fernández ha elaborado una hoja de ruta con propuestas como la instalación de placas solares en edificios públicos, la aplicación de un nuevo modelo de movilidad sostenible, la colocación de puntos de recarga de vehículos eléctricos, la peatonalización de calles o un proyecto de renaturalización de la ciudad que se está llevando a cabo con la Universidad de Salamanca por valor de 2,5 millones de euros.

Este Plan de Acción para el Clima y la Energía Sostenible se define como el conjunto completo de acciones para alcanzar los objetivos de mitigación y adaptación al cambio climático. Una problemática para la que la ciudad de Zamora quiere estar preparada.

Placas solares, vehículos eléctricos, más vegetación y vías peatonales

La hoja de ruta del Ayuntamiento de Zamora para conseguir reducir ese 40% de emisiones de CO2 a la atmósfera pasa por una serie de medidas que se implementarán desde el próximo año 2022 hasta el horizonte de 2030, donde se encuentra la referencia del éxito o fracaso de esta iniciativa. La administración local tratará de reducir su impacto con la colocación de placas solares en edificios públicos, como pueden ser colegios o dependencias municipales. Asimismo, se apostará por reforestar la ciudad de una manera ordenada y también por recuperar espacios para los peatones y también para las bicicletas. Al respecto, recientemente la Junta de Castilla y León ha concedido una subvención a la capital para habilitar ciclocarriles.

Romualdo Fernández pide la colaboración de toda la ciudadanía

Para la reducción del consumo energético y mitigación del cambio climático, el Ayuntamiento de Zamora ve necesaria la colaboración de todas las administraciones públicas y también del conjunto de la población y los sectores productivos, ya que la mayor parte del CO2 expulsado proviene de la vida residencial y del transporte. De ahí que el concejal de Hábitat Sostenible, Romualdo Fernández, haya decidido convocar Consejo Sectorial. “Consideramos necesario enfocar las acciones de este Plan de Acción, no como una imposición del Ayuntamiento de Zamora a los ciudadanos, sino como un proceso en el que los diferentes agentes se vean implicados mediante acuerdos razonables, justos y eficaces”, ha indicado.