Da lo mismo obra pública que privada. Vivienda nueva que reforma. Fontanería que albañilería. La escasez de materiales afecta ya en Zamora a todos los sectores relacionados de una u otra manera con la construcción. La materia prima escasea y eso se nota en los trabajos, que en algunas ocasiones avanzan a cuentagotas mientras que en otras están, directamente, parados. Lo corrobora el presidente de Azecop —la Asociación Zamorana de Empresarios de la Construción y Obras Públicas— y presidente honorífico de la Confederación Castellanoleonesa de la Construcción, Emiliano Alonso.

La ausencia de materiales se nota principalmente en piezas específicas sin las cuales el trabajo cotidiano se vuelve imposible. Por ejemplo, resume Alonso en declaraciones a este diario. En el campo del Pladur falta la tornillería. Para el suelo radiante escasean los termostatos digitales. Así muchos ejemplos, casos a los que hay que sumar el “impactante” aumento de precios que soporta el sector. “La madera ha subido el cien por cien en Castilla y León y a nivel nacional ha sido incluso más. El cemento va a subir un 40% en el mes de diciembre. El acero, que antes estaba a 500 euros por tonelada, está ahora a 1.000 con previsión de llegar a 1.200. Las bobinas de chapa han doblado el precio y el acero corrugado ha repuntado un 80%”.

Los datos nacionales que manejan los empresarios del ramo son similares. De cada cuatro empresas del gremio de la construcción, tres han sufrido desabastecimiento de alguno de los materiales con los que trabajan. Escasean, por este orden, madera, aluminio, acero, PVC, instalaciones eléctricas o aislamientos. También sanitarios, grifos, vidrios, materiales sintéticos y, como se puede ver también en la venta de vehículos, maquinaria. “Faltan piezas esenciales y repuestos”. El retraso medio oscila entre el mes y los tres meses.

Así, claro, cumplir plazos de entrega y precios pactados de forma previa se convierte en misión imposible para muchas empresas. El sector, de hecho, plantea la necesidad de un sistema de revisión de precios que permita a las empresas “escaparse” de un contrato cuando no se alcanzan los mínimos márgenes de beneficio, algo que ahora “está ocurriendo”. Los datos que da Emiliano Alonso son nacionales, pero totalmente extrapolables a Zamora. Una de cada cuatro obras en marcha está parada, al menos de forma temporal mientras la situación mejora. El porcentaje cae cuando se habla de cancelación de contratos, pero aún así alcanza un 2,5% pocas veces visto en el sector. Las obras que siguen en marcha se retrasan —sucede en más de la mitad de los casos— y en algunos casos esto acarrea penalizaciones que no son menores, de entre mil y dos mil euros por día.

La realidad es que “se han paralizado muchos contratos”, resume Alonso. “Antes había una revisión de precios que ahora no se aplica”. Hay productos que los profesionales ni siquiera se atreven a valorar en sus presupuestos. El cableado eléctrico, por ejemplo, cambia de precio cada tres días, casi siempre al alza. “Hay veces que los contratos que están firmados no se pueden cumplir porque las empresas tendrían incluso pérdidas”, apostilla el empresario.

Influyen también en la situación los fondos europeos que llegarán en los próximos meses. “Esto está animando a almacenar productos para tener en el futuro, se está creando un estrés en este sentido que repercute en la falta de materiales”.

Con todo, Alonso llama a no caer en el alarmismo porque “la situación se va a solucionar” cuando se normalice el suministro. El empresario llama, eso sí, a fomentar el empleo en el sector. “En los próximos meses van a hacer falta 24.000 trabajadores en Castilla y León. Necesitamos que los jóvenes se incorporen”, zanja.