Los servicios ferroviarios en la provincia de Zamora han aumentado y mejorado en los últimos meses, pero, a juicio de los usuarios aún queda margen para alcanzar la normalidad de antes de la pandemia. Tras el fin del estado de alarma aún quedan tres frecuencias por recuperar en horario de mañana y tarde de lunes a viernes. Hasta marzo de 2020 había doce frecuencias y, hasta ahora, son nueve las recuperadas, incluida la del tren madrugador.

Otro de los trenes que no ha vuelto a circular era el que unía Galicia y Alicante pasando por Zamora y Madrid-Chamartín los fines de semana. Los usuarios habituales eran “zamoranos que viajamos con frecuencia a Alicante, Benidorm, Torrevieja...Echamos mucho de menos este tren”, expresaba uno de los viajeros asiduos al servicio que ahora tiene que recurrir a alternativas de transporte no tan cómodas.

Las carencias también han sido notorias en los trayectos de alta velocidad con destino a Zamora y a Puebla de Sanabria. “Prácticamente a diario era imposible conseguir un billete, todos los trenes venían ya completos desde el origen”. Existen varias causas que explican estas carencias. En primer lugar, la cautela con la que Adif se ha visto obligada a actuar hasta comprobar que la demanda de viajeros era real, puesto que en los primeros meses tras los sucesivos estados de alarma “podías encontrarte trenes con cinco personas, eso es insostenible”, reconocen los trabajadores ferroviarios. Pero en verano la situación cambió drásticamente y fue patente la falta de medios materiales y humanos. “Los viernes y domingos circulaban trenes de doble composición (dos máquinas), pero ahora ya no lo hacen. Desde que ocurriera el accidente en el puente de la carretera de La Hiniesta se cuentan con dos Alvia menos”. La maquinaria que pasa por la línea de Zamora es limitada, porque deben llevar generadores diésel para los tramos sin electrificar por los que se circula aún por la vía convencional. También faltan maquinistas: “Renfe cifra en más de 5.000 los maquinistas, pero incluye a los que están a punto de jubilarse y a los que acaban de llegar. La realidad es que somos menos”.

Para la Asociación Ferroviaria Zamorana la normalización de los servicios resulta vital para poder medir la demanda real de Zamora. “No se puede conocer porque no hay una oferta normalizada”. También proponen cambios en el tren madrugador. “Si se quiere usar de enlace con Madrid para la gente que va a trabajar o hacer gestiones, debería adelantarse la ida a las 6.30 de la mañana y el de vuelta retrasarse una hora”.

El regional a Puebla, sin interventores que garanticen la seguridad

El destino de la línea regional Valladolid-Zamora-Puebla preocupa, y mucho, a la Asociación Ferroviaria. Actualmente es la única declarada servicio público y su mantenimiento, a cargo del Estado y la Junta, es obligatorio. Se trata de una infraestructura vital para muchos pueblos de diez comarcas de la Zamora rural que carecen de otro medio alternativo. Antes de la apertura de la estación de Otero, en Puebla de Sanabria tenían parada nueve trenes. La estación AVE, a diez kilómetros de Puebla, solo registra tres frecuencias. Este verano, el servicio regional, a juicio de los ferroviarios, ha tenido una alta demanda. Pero no hay manera de contabilizarla porque es habitual que en el tren no viaje ningún interventor. “Eso supone que no hay ningún control. Mañana un estudio de una sola semana en la que se dé la casualidad de que haya pocos usuarios puede usarse para asegurar que no hay demanda y cerrarlo”. La ausencia del interventor deviene en un problema, a mayores, de seguridad. “Muchos de los pasajeros viajan sin billete. Porque no entienden las máquinas automáticas expendedoras o porque no pueden o no saben usar Internet. Bastantes son mayores que se suben en apeaderos de pueblos como Cabañas o Ferreras. En caso de cualquier incidente, al carecer de billete quedan desasistidos”. Los ferroviarios celebran la puesta en marcha de Otero u están de acuerdo con que debe facilitarse medio de transporte hasta Puebla, pero también inciden en la importancia de mantener la vía convencional.