En esta vida hay que hacer tres cosas: escribir un libro, plantar un árbol y tener un hijo. Afincada en Zamora desde hace dieciocho años, Sandrine Poncet llegó a la ciudad invitada por una amiga y se enamoró. Hace un año, la vida dio un giro inesperado para su hermana Marjorie y juntas decidieron embarcarse en un proyecto que aún en la distancias las uniera más que nunca.

Una en España y la otra en Francia. Un cierre de fronteras que les impedía poder viajar para verse y lo único que dejaba volar era su imaginación. La obra con doble nacionalidad en el pasaporte está destinada a los lectores de tres a diez años de edad. En ella, las hermanas tratan el tema de la intimidad y la propiedad del cuerpo. “Queremos hablar de un tema delicado como son los abusos. Queremos explicarles a los niños cómo reaccionar frente a comportamientos inapropiados por parte de otros niños o los adultos. Que aprendan a identificar cuando algo no tiene que ser así y que si eso ocurre sepan decir las cosas y a quien tienen que acudir”, explica Sandrine.

La idea de la publicación nace de su preocupación y miedo como madres a que algo malo pueda pasarles a sus hijos. “Yo tengo un niño de quince años y una niña de ocho. Marjorie tiene uno de nueve. Actualmente se oyen tantas cosas que siempre estábamos preocupadas”, confiesa con mal cuerpo, “una madre siempre tiene miedo de que le pueda pasar algo a su hijo y no saber como ayudarlo”.

El proceso de creación ha sido complicado porque es un tema muy delicado y hay que saber tratarlo de la manera correcta. “Empezamos a mirar textos y ella escribía cosas, pero luego a lo mejor nos parecía un poco fuerte y había que cambiarlo. Lo hemos hecho de la mejor manera para no dejar mal cuerpo al niño. Al final es un libro infantil, no tenemos que dejar mal recuerdo”, detalla la diseñadora gráfica. A la vez que su hermana le mandaba el texto, ella iba ilustrando de una manera sencilla y muy colorida la idea que querían transmitir. “La cosa era que los dibujos tenían que ser del desnudo, pero tampoco poniendo partes demasiado explícitas. Algunas se ven un poco, otras están tapadas. Al final, lo que se ve en el libro es lo que se puede ver en un colegio”.

La ilustradora del libro habla de “prevención”. Hace unas épocas, la desnudez y el conocimiento del cuerpo propio eran un tema tabú, por desgracia, hoy en día siguen existiendo muchos estigmas en la sociedad y la educación sexual no se trata de manera adecuada en los colegios y hogares a edades tempranas. Sandrine expresa su deseo de poder ayudar a los niños desde pequeños y evitar que pasen situaciones incómodas en un futuro. “Pensamos que hablar de estas cosas en el instituto es demasiado tarde. Aunque el libro es a partir de los tres años, los niños a esa edad todavía no saben leer y tienen que hacerlo con los padres o los abuelos. De esta manera a ellos les surgen preguntas. Hay mucha gente a la que le cuesta hablar de este tema y el libro puede ayudar a hacerlo más fácil”.

La obra ha sido valorado por psicólogos, logopedas y profesionales de la enseñanza. Todos han llegado a la conclusión de que era un libro sencillo y necesario. La obra va dirigida en primera persona a los más pequeños, con una caligrafía sencilla, las frases más importantes destacadas en verde e ilustraciones a todo color en cada página. “Cada niño es diferente y por eso los protagonistas de la historia también lo son. Me gusta poner mucha diversidad porque así cada uno se va a pode reconocer un poco en la historia”, confiesa la ilustradora sobre los protagonistas del libro.

Sandrine expresa su miedo a que el proyecto pueda ser rechazado por el desconocimiento o los prejuicios hacia el mismo. “Yo pienso que la gente como no ha visto el interior puede asustarse. Les da curiosidad, pero también rechazo porque no vaya a ser que le enseñen algo a sus hijos que no sea apto. Yo soy madre, todos los dibujos están estudiados. Son ilustraciones naturales y buscando siempre un toque de humor”.

La desnudez, la importancia de la comunicación con los adultos, aprender a decir que no y comprender que nadie puede obligarte a hacer algo que no quieres. Unos mensajes básicos y necesarios que se necesitan transmitir a los niños desde edades muy tempranas y a veces los padres no saben muy bien cómo tratar. El libro ayuda a comprender estos mensajes de una manera sencilla y muy didáctica. Aborda problemas actuales como el uso de las pantallas e Internet. Desde la obra se insiste en el mensaje de usarlas siempre con un adulto delante y respetar los límites de edad de los contenidos audiovisuales.

Para las hermanas ha sido un orgullo haber hecho este libro juntas y como no querían que nadie más se metiera en medio porque era un proyecto muy íntimo, decidieron auto editarlo y publicarlo por su cuenta. La obra ya está a la venta en España y Francia de manera online. En Zamora se puede adquirir en la librería Drial, ubicada en la calle San Andrés, 25.