La asamblea general de delegados de Caja Rural de Zamora aprobó las cuentas anuales de la entidad, que incluyen el balance, las cuentas de pérdidas y ganancias, la memoria e informe de auditoría externa y el informe de gestión del año 2020, así como la propuesta de distribución del resultado económico de ese ejercicio, el presupuesto y el Fondo de Educación y Promoción del año 2021.

La asamblea se celebró en la tarde del pasado jueves en los Jardines del Rey de la capital zamorana, con todas las medidas de seguridad que requieren este tipo de reuniones.

Caja Rural de Zamora registró durante el año 2020 un beneficio de 24,7 millones de euros, un 1,7% menos que el año pasado por los efectos del COVID. Sin embargo, como destacó su director general, Cipriano García la cooperativa “mantiene una alta rentabilidad en un escenario económico especialmente difícil como el actual”.

La entidad aumentó el año pasado su negocio un 18%, cifra que dobla el crecimiento del año 2019. El crédito nuevo se incrementó un 33,1% hasta los 859 millones de euros, por los 645 del año anterior. “Prueba indudable de nuestro apoyo al tejido productivo en momentos tan difíciles como los actuales”, señalaron el director general, Cipriano García y el presidente, Nicanor Santos. La inversión crediticia ha aumentado un 19,8% y la entidad ha concedido el setenta por ciento de las nuevas hipotecas rubricadas en Zamora durante el año de la pandemia.

La ratio de eficiencia es del 44,3%, entre las más altas del sistema financiero español. La ratio de eficiencia de una entidad bancaria es la relación entre los costes de explotación (gastos de personal, administrativos) y el producto neto bancario (conjunto de ingresos obtenidos por la entidad). Es un importante indicador de rentabilidad.

La caja, única entidad bancaria que le queda a Zamora cuenta con 52.000 socios y 146.000 clientes en las provincias de Zamora, Valladolid, León y Ourense.

La entidad invierte la mayor parte de los recursos captados, un 78,4%. En la provincia de Zamora el resto de entidades invierten “menos de la mitad de lo que captan, un 38%”. Caja Rural cuenta con 299 empleados con una red de 93 puntos de atención. De los empleados fijos, el 77% son titulados medios y las mujeres suponen el 46% de la plantilla.

Las bases de la estrategia de Caja Rural de Zamora se basan precisamente en esos cuatro pilares: invertir la mayor parte de los recursos captados en el desarrollo económico del territorio, el aumento de la inversión crediticia y los recursos gestionados, la consolidación del modelo de negocio hacia otras provincias limítrofes, y el compromiso con la sociedad, como “banca local, cercana y de las personas”.

Los recursos propios de Caja Rural alcanzan los 256 millones de euros, lo que supone un aumento del 10,7% respecto al dato registrado un año antes.

La ratio se solvencia (porcentaje de recursos propios sobre el total) se sitúa en el 17,2% con un incremento de un 0,4% y en todo caso muy superior al nivel mínimo exigido.

Y otro aspecto importante es que “hemos saneado de forma muy importante los activos problemáticos la tasa de mora (morosidad) se sitúa en el 2,42%, con un descenso porcentual del 19,9% sobre el dato registrado en 2019”. Es una tasa inferior en un 53% a la registrada por el sistema financiero, que era del 4,44% a final de año.