Zamora, atestada de gente. Lo mismo da la hora, el lugar o el tiempo meteorológico. La Semana Santa que no iba a ser, está siendo. Y de qué manera. Desde el pasado fin de semana, la capital ha visto llegar a centenares de turistas que, mapa en mano y cámara al cuello, aprovechan estos días para conocerla más a fondo. Habría que presumir que todos son de Castilla y León, habida cuenta del cierre perimetral. Pero, quizás, eso es demasiado presumir. Igualmente, son fechas de regreso para los zamoranos de la diáspora, que utilizan las vacaciones para reencontrarse con la familia. Todos ellos, unidos a los cada vez menos habitantes de la ciudad, comparten los espacios más céntricos durante este periodo de asueto. Una situación que, en ocasiones, está dando pie a las temidas aglomeraciones.

Los reiterados anuncios y peticiones de las autoridades no han cambiado los planes de las miles de personas que día tras día están saliendo a las calles en esta semana de Pasión. Ayer, Jueves Santo, no hubo concentración de gente en Balborraz ni en la Plaza Mayor para ver subir a la Virgen de la Esperanza, pero sí para el ocio. En las terrazas de hostelería era misión imposible encontrar una mesa libre y en la calle había que acomodar el paso al del tumulto. Además, la gratuidad de museos como el de Semana Santa hizo que, desde primera hora de la mañana, sus entornos registraran largas colas para poder acceder a la oferta cultural después de tanto tiempo de cierre y confinamiento.

Personas caminan por la rua aprovechando las vacaciones y el buen tiempo. | Jose Luis Fernández

Es imposible conocer, a día de hoy, cuánta gente está conviviendo en la ciudad de Zamora. La Policía Municipal, por el momento, no tiene ese dato. Aunque, desde el Ayuntamiento de Zamora, se vuelve a hacer un llamamiento a la responsabilidad “para que la Semana Santa discurra con normalidad y con respeto para los ciudadanos que quieran disfrutarla en su totalidad”, como así expresan desde el área de Seguridad Ciudadana. La Junta de Castilla y León, por su parte, ha vuelto a destacar “la importancia de cumplir también con todas las medidas sanitarias de carácter general actualmente en vigor y que hacen mención a aspectos preventivos individuales y de relación social”.

Las colas en Dulces La Rua no faltan ni en la Semana Santa más atípica. | Jose Luis Fernández

La situación de Zamora contrasta, no obstante, con las referencias aportadas por el sector turístico, que mantiene que seis de cada diez negocios se encuentran cerrados durante este periodo festivo para minimizar el desajuste económico en una Semana Santa que hace meses que dieron por perdida. Y es que, el cierre perimetral, a juicio de los hosteleros zamoranos, es una medida que actúa como “elemento disuasorio” a la hora de preparar viajes de los que otros años se beneficiaba la provincia. Especialmente, de quienes decidían venir desde Madrid. A día de hoy, la provincia tan solo puede recibir turismo de interior de otros residentes en Castilla y León que, a menudo, practican un viaje de ida y vuelta en el mismo día, sin pernoctación. Una problemática que ha lastrado las aspiraciones de un sector al que le está costando levantar cabeza desde el inicio de la pandemia.

Pese a todo, la imagen de la ciudad no es la de otras semanas de Pasión, pero se le aproxima demasiado. Una elevada cantidad de gente en la calle que cada vez preocupa más a las autoridades, que hacen una nueva llamada al orden.

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