Sin apenas posibilidad de catar el carnaval en la calle, más allá de los niños disfrazados en las escuelas o el programa municipal que se puede seguir vía online, con actos aún para la jornada de hoy y mañana, Zamora afronta desde este Miércoles de Ceniza, el camino de la Semana Santa a través del tiempo de Cuaresma. Los templos impondrán la ceniza, como es habitual el miércoles que lleva su nombre con la novedad de que tras la misa de la Catedral de las 10.00 de la mañana el obispo sacará la reliquia de la Cruz de Carne a la puerta norte (la principal) para impartir la bendición por los cuatro puntos cardinales de la diócesis y “pidiendo a Dios por el fin de la pandemia”.

Esta misa, con el mismo horario y la Cruz de Carne, se repetirá todos los viernes de Cuaresma. De momento el punto de arranque es el Miércoles de Ceniza. El obispo, Fernando Valera, permite “recibir la imposición de la ceniza en todos los lugares donde hay culto público de la diócesis, teniendo en cuenta que este sacramental pude ser ofrecido por los ministros previstos”.

En general de cara a la Cuaresma y la Semana Santa se permiten los cultos en los templos, eso sí, con las normas sanitarias y la distancia social establecidas por la autoridad competente, que en estos momentos sólo admite 25 personas en cada oficio.

Las normas son procurar la celebración de la eucaristía, la penitencia y demás sacramentos con las debidas precauciones y que cuando no se pueda participar en la eucaristía que se pueda comulgar fuera de la misa.

De cara la Semana Santa las cofradías no podrán celebrar las procesiones, pero sí mantener los actos litúrgicos, aunque con el aforo limitado que dicten las autoridades sanitarias.

Valera llamó también al ejercicio de la Caridad en unos momentos de crisis sanitaria, pero también de crisis social.