Los seguros de salud han experimentado en los últimos años un auge en su popularidad, pero la reciente pandemia que sufre el mundo desde el año pasado ha hecho que su demanda se dispare, pero ¿para qué sirve?

Con este tipo de seguros, la compañía tomadora se compromete a cubrir los gastos del cliente, ya sean clínicos, farmacéuticos o de hospitalización, siempre que estén indicados en su póliza.

Las distintas opciones que se pueden contratar con las distintas aseguradoras son de asistencia sanitaria, de rembolso de gastos médicos, de indemnización o de indemnización por enfermedades graves.

El seguro de asistencia sanitaria cubre al asegurado a la hora de recibir cobertura asistencial médico quirúrgica dentro de una serie de profesionales y centros concertados. Sin embargo, no se permite intercambiar esta prestación por el pago de indemnizaciones en metálico.

Por otro lado, también existe el reembolso de gastos médicos, perfecta para quien pasa tiempo en el extranjero. De esta forma, el asegurado abonará los gastos médicos ocasionados, para más tarde remitirle la factura y el informe médico a la aseguradora, para que se los reembolsen.

Sin embargo, la aseguradora suele contar con un cuadro médico propio, cuya asistencia no le cuesta nada al asegurado, siendo la empresa quien corre con los gastos.

También existen las indemnizaciones, en las que el titular recibe una cantidad económica fijada en la póliza relacionadas con determinadas situaciones. Estas pueden ser por incapacidad temporal o baja laboral, por hospitalización o por intervención quirúrgica, de tal manera que los asegurados se encuentren bien cubiertos.

Por último, la indemnización por enfermedad grave consiste en una cantidad fijada en la póliza que se pagará en el caso de que el titular se le diagnostique o sufra una enfermedad de especial relevancia.

Este tipo de seguros no se deban confundir con los seguros de vida, pensados para garantizar el futuro de la familia del asegurado, como es en el caso del seguro de fallecimiento.

Con esta modalidad del seguro de vida, quien sea nombrado como beneficiario por el cliente recibirá un pago estipulado en la póliza en caso de deceso del asegurado.

La gran diferencia entre ambos es que el seguro de salud es de servicios, ya que cubren la asistencia el rembolso o la indemnización, mientras que el de vida es finalista, preparado para evitar pérdidas económicas en la familia del asegurado.