Ayudar a los más necesitados, ampliar el presupuesto de la obra social, es uno de los principales proyectos que emprenderá la Cofradía del Cristo del Amparo, la popularmente conocida como las Capas Pardas, “vamos a volcarnos” con los vecinos que no puedan cubrir sus necesidades básicas. Y que mejor destino que los residentes del barrio de Olivares, cuya iglesia guarda la talla todo el año y donde se ubica la sede de la Hermandad de Penitencia, explica el nuevo presidente Antonio Martín Alén, elegido ayer por cuarta vez consecutiva, tras doces años al frente de la Junta Rectora.

“Queremos crear un grupo dentro de la Cofradía cuya función será conocer qué ciudadanos tienen necesidades en el barrio” de Olivares, “contar con la parroquia para llegar a esas personas y familias, en estos momentos tan difíciles”. Contarán con el párroco, “quien recibirá el dinero de la obra social y lo entregará necesitados”, a fin de preservar la identidad, explica Martín Alén. La Hermandad quiere contribuir a que estas personas tengan garantizado el pago de servicios básicos como la luz, el agua, la calefacción y primeras necesidades, cantidades que se recibirán desde el “anonimato absoluto de los beneficiarios, porque pasarlo mal ya es un estigma”.

Se destinará, pues, una parte de los remanentes económicos de la organización religiosa a ese nuevo proyecto que vendrá a ampliar la labor social que ya desarrolla. Ese mismo destino tendrán las donaciones que reciben de hermanos y ciudadanos en sus faroles solidarios.

El presidente de la Cofradía, que cuenta con 150 hermanos y 35 eméritos, mantiene al mismo equipo en la Junta Rectora, con un aumento de integrantes “porque somos cinco y hay mucho trabajo”, mucho derivado de las medidas sanitarias que impone el COVID-19.En la lista de espera tienen ya a 37 mujeres, “vamos por riguroso orden, todos somos iguales, el decreto canónico y civil así lo dice”. La Cofradía baraja establecer números cláusus y ocupar las plazas de los hermanos que no procesionen en un periodo determinado de tiempo, “para que avance la lista de espera, aunque es una cuestión que debe someterse a votación en asamblea”. Martín Alén mantiene “la ilusión, hay muchas cosas por hacer”, declaró ayer al concluir el recuento de las votaciones. “Animado por su Junta Rectora y por los hermanos”, abre esta nueva etapa “como si fuera la primera vez”, decidido a “mantener la religiosidad”, como decía el expresidente Jacinto Raigada Ortega, “hay que mantener la idiosincrasia, el intimismo”, explicaba el presidente, junto a nuevos retos, como poner al día los estatutos”, concluyó el nuevo presidente.