Las residencias de mayores que gestiona Cáritas Diocesana en la provincia de Zamora se despliegan por las localidades de Fermoselle, Toro, Carbajales de Alba, Villarrín de Campos y Alcañices. Entre todas ellas, la atención llega a más de 400 ancianos que, generalmente, coinciden con el perfil de personas con escasos recursos que no pueden acceder a una residencia privada y encuentran dificultades para conseguir plaza en una pública, por lo que la organización de la Iglesia se convierte prácticamente en el último recurso. Se trata de una de las patas con las que trabaja Cáritas, que ayer presentaba su Memoria Regional 2019 de manos de Antonio Jesús Martín de Lera.

En el último año, la intervención de Cáritas llegó a más de 130.000 personas en el conjunto de Castilla y León con sus proyectos sociales, en los que invirtió cerca de 34 millones de euros. El quehacer de las Cáritas Diocesanas se fundamenta en "la acogida, el encuentro y el acompañamiento orientado a la promoción, autonomía, corresponsabilidad y participación de las personas", según ha explicado el propio Martín de Lera, máximo responsable de la organización. Este acompañamiento se desarrolla mediante 381 equipos parroquiales, 82 interparroquiales, arciprestales y diocesanas y 92 centros sociales.