La provincia de Zamora cuenta con cerca de 150 kilómetros de frontera con Portugal y solo mantiene abierto el paso fronterizo entre Quintanilha y San Martín del Pedroso, en la comarca de Aliste. Esta situación está generando ciertos problemas para un grupo de ciudadanos que lleva décadas viviendo como si La Raya no existiera.

La Policía Nacional ha recibido quejas de trabajadores que residen en zonas como Bemposta o Miranda do Douro y trabajan en la residencia de Fermoselle. Su camino, antes de apenas unos minutos, se multiplica ahora por la obligación de conducir hasta el paso fronterizo abierto.

De hecho, los responsables policiales plantearon la posibilidad de habilitar un nuevo paso por esa zona, pero la falta de medios acabó con esta opción. Así, algunos trabajadores esenciales de un lado y otro de la frontera se ven forzados a incrementar sustancialmente las distancias que deben recorrer para alcanzar sus puestos de trabajo durante estas semanas de crisis.