El Hospital Virgen de la Concha ha habilitado dos zonas de hospitalización con capacidad para 16 camas más en las plantas cuarta y quinta del edificio 2 con destino a que puedan ser utilizadas por enfermos de coronavirus cuando sea necesario.

De momento, indicaron fuentes de la Consejería de Sanidad, la situación del hospital Virgen de la Concha es que cuenta con capacidad para albergar pacientes, es decir, no se encuentra próximo al lleno total, pero el comportamiento de la epidemia es imprevisible y por eso se están preparando ya las instalaciones que puedan ayudar en un hipotético repunte de nuevos casos.

Se trata de que los pacientes estén concentrados en determinadas plantas y no distribuidos por todo el hospital, con el fin de facilitar el control de los ingresados, que son en estos momentos según las cifras oficiales 96 en planta y doce en la UCI, con un incremento respectivamente de nueve y un paciente en la última jornada.

Para lograr estas nuevas zonas de hospitalización se han aprovechado las estancias que estaban previstas como salas de estar para los acompañantes de los enfermos y su adaptación se ha hecho posible gracias al trabajo, fuera de jornada, de un grupo de empleados de mantenimiento del propio hospital voluntarios, que han querido así "arrimar el hombro" por encima del sobre esfuerzo que la situación conlleva doblando turnos y con otras incidencias.

El propio presidente de la Junta de Castilla y León. Alfonso Fernández Mañueco, indicaba que a corto plazo no se llevará a cabo a corto plazo el traslado de pacientes de Zamora a Valladolid, que ahora mismo es lo previsto en caso de saturación del hospital Virgen de la Concha. En principio los pacientes se están agrupando en este hospital, que mantendrá también algunos servicios de difícil traslado, como Pediatría o partos, si bien otros, como el hospital de día hematológico ya se ha desplazado hasta el Hospital Provincial, que quedará libre de enfermos COVID. En este centro es donde se tratan pacientes como los oncológicos, con lo cual se elimina una posible fuente de infecciones para ellos.

Por otra parte, Zamora sigue siendo la provincia donde la incidencia de la enfermedad se está amortiguando más, aunque con el condicionante de que la falta de test ha impedido realizar la prueba a todos los que en principio se deberían haber acogido a ella. En principio parece que el suministro de reactivos para realizar la prueba se va normalizando, y de hecho ayer se podía ver en el aparcamiento del hospital a los sanitarios recogiendo muestras a personas de riesgo para la realización de la prueba del COVID-19 con buen estado físico, que ni siquiera tenían que bajar del coche para ello.

No se trata, como dijo ya la consejera de Sanidad, Verónica Casado, de los test rápidos, ya que este tipo de unidades ni están ni se les espera, sino las pruebas normales de confirmación de la enfermedad realizadas a pacientes que no están hospitalizados.

En todo caso la pandemia, aunque sea menos que en otras provincias, también continúa avanzando en Zamora, que llega a los 192 casos tras la detección de 24 nuevos positivos. Son ya 30 los pacientes que han superado la enfermedad, tres más que en la jornada precedente, mientras que las muertes se elevan a 18, dos más que en el día anterior.

Los datos del mapa de incidencia por zonas básicas se salud no se han renovado, aunque si la contabilidad de casos de diagnóstico o sospecha clínica que siguen aumentando y suman 809. En este caso suben muy poco, de 803 a 809, debido a que en fin de semana los médicos de cabecera atienden menos visitas, sólo las de atención continuada. Lo mismo pasó los días 21 al 23 de marzo, en el que la curva de contagios tendía estabilizarse, pero era sólo consecuencia del parón del fin de semana, ya que a partir del lunes los datos comenzaron a crecer en mayor medida.

En cuanto a los afectados, según los últimos datos publicados por la Junta, se concentran más en la capital y grandes poblaciones de la provincia, afectan más a mujeres que a hombres y los tramos principales de edad son niños de 0 a 9 años y adultos de 50 a 59 años. La Junta no ha publicado datos sobre las residencias.