La familia amenazada de desahucio hasta el día de ayer accederá, el próximo 2 de marzo, al alquiler de una nueva vivienda que pone fin -se espera- a la situación vivida en los últimos meses. La madre, sus hijos y los miembros de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca concentrados ayer en señal de apoyo a los involucrados recibieron la noticia de la solución al problema minutos antes de las diez de la mañana, hora a la que estaba prevista la entrada en escena de la comisión judicial que vendría a ejecutar el lanzamiento.

La mujer afectada se personó en los juzgados para intentar encontrar una solución de última hora y allí recibió la noticia de que el desalojo estaba paralizado... desde el viernes. Inexplicablemente ni la familia, ni su abogada ni ninguno de los miembros de la PAH había tenido constancia de la noticia, por lo que la situación de tensión por un desahucio inminente se vivió hasta minutos antes de la hora prevista.

Según la información suministrada a este diario por la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, el desencadenante de la solución ha sido el ofrecimiento, por parte de una inmobiliaria, de encontrar una vivienda para que la familia pudiera vivir si el Ayuntamiento se comprometía a correr con el gasto de la fianza y el alquiler. Visto que "en la última visita a los CEAS nos dijeron que ellos asumían la fianza y los primeros meses, llegamos con la carta de la inmobiliaria y no nos pudieron decir que no", resume Mena Martins, portavoz de la PAH.

La familia accederá a una vivienda, actualmente ocupada por otros inquilinos, que queda libre el mes que viene. Con todo, no hay plazos sobre el tiempo que la familia residirá ahí porque la oferta de los CEAS "habla de los primeros meses, sin especificar más". La familia, así las cosas, tendrá que entregar "sí o sí" las llaves de su casa actual antes del día dos del mes que viene.

El aplazamiento aprobado el viernes de la semana que viene y comunicado a los afectados en la mañana de ayer es el cuarto que aprueban los juzgados para esta familia. La primera vez que la amenaza de desalojo parecía inaplazable, a mediados del mes de diciembre, se consiguió que la familia pasara las navidades en casa. En enero se logró un aplazamiento más con la esperanza de que, en ese periodo, las administraciones adjudicaran una vivienda social a la familia de afectados. La solución alcanzada durante la jornada de ayer parece al fin la definitiva, aunque ni la familia ni la Plataforma de Afectados por la Hipoteca quieren bajar la guardia.

Los afectados tenían ya buena parte de sus enseres domésticos en un pequeño camión que un miembro de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca puso a su disposición. La obligación de abandonar la vivienda en las próximas semanas hizo que, nada más llegar de los juzgados, la familia tuviera que seguir trasladando sus muebles a otro lugar. De hecho, la propia afectada manifestó su intención de alquilar un trastero en la capital para, en los días siguientes, trasladar ahí todos sus objetos domésticos.