Seis meses después de convertirse en el séptimo presidente de la historia de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco (Salamanca, 1965) afronta una fase clave de su mandato. En el horizonte inmediato aparece la confección de su primer presupuesto, junto a sus socios de Ciudadanos, y la consiguiente puesta en marcha de las medidas para intentar paliar la despoblación en las zonas más castigadas de la comunidad autónoma. El dirigente regional será el encargado de clausurar, el próximo 5 de febrero, el congreso "Razones para quedarnos", organizado por LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA, medio perteneciente a Editorial Prensa Ibérica y Grupo Zeta. La cita tendrá lugar en la sede del Consejo Consultivo.

-¿Le ha dado tiempo a impulsar las líneas principales de su programa en estos seis meses al frente de la Junta?

-Nos hemos centrado en varios objetivos. Necesitamos una economía dinámica, que sea capaz de generar empleo, y por eso hemos apostado por la supresión del Impuesto de Sucesiones y Donaciones. También hemos conseguido algo muy importante, que es alcanzar el millón de ocupados en la comunidad autónoma. Hacía mucho tiempo que no sucedía. Por otro lado, queremos garantizar los servicios públicos. Lideramos en el ámbito de la educación, y aquí somos la locomotora de España y estamos a la vanguardia. Además, en dependencia, se ha reconocido recientemente que somos un territorio que garantiza la atención, y en Sanidad tenemos un buen punto de partida, aunque hay margen para actuar. Estamos trabajando en el ámbito rural para mejorar la asistencia, y queremos elevar la calidad de vida en el mundo rural, un objetivo para el cual son prioritarios el dinamismo económico y la apuesta por las personas que viven en los pueblos.

-Zamora fue la provincia que más porcentaje de población perdió en el último año. ¿Se puede actuar aún desde las administraciones para revertir la situación?

-El problema de los movimientos demográficos no solo afecta a Zamora o a Castilla y León. También a España, a Europa y al mundo entero. Estos movimientos, según dice la ONU, se dirigen a las ciudades y a la costa, pero tenemos que hacer un esfuerzo para que Castilla y León y, por supuesto, Zamora luchen contra la despoblación, y hay que afrontar la situación desde una óptica positiva. Tenemos que hacer un esfuerzo en políticas de natalidad y en incrementar las oportunidades para que vengan personas. No solo a la capital, Benavente o Toro, que pueden ser los elementos de población más importantes, sino también al medio rural.

-En cuestión de despoblación, los expertos dicen que no es tanto un problema de densidad, sino de un desequilibrio territorial que se mantiene incluso dentro de la propia comunidad de Castilla y León. ¿Cómo pretende abordar su Gobierno ese reequilibrio necesario para contener la sangría demográfica?

-Yo diría que han estado bien las ayudas que han venido de los fondos europeos, pero que han sido insuficientes. Queremos trasladarle al Gobierno de España y a la Unión Europea la necesidad de apostar por ese reequilibrio económico, territorial y poblacional. Me parece algo fundamental y, desde la Junta de Castilla y León, vamos a hacer un esfuerzo. Además, dentro de cada provincia hay zonas que están mejor que otras. Toda la Raya fronteriza con Portugal requiere un esfuerzo importante, que tiene que ser global y conjunto, con la Unión Europea, España y Portugal, y el resto de las administraciones.

-¿Es utópico pensar que pueda haber un cambio de mentalidad en lo referente a la despoblación?

-Tenemos que hacer una apuesta para hablar en positivo de nuestras provincias. No hay mejor tierra para vivir que la nuestra. Zamora es un lugar donde se vive de maravilla, la esperanza de vida es de las más elevadas y creo que tenemos que vender mejor nuestro territorio. Por eso no me gusta hablar de España Vaciada y sí de España de las oportunidades. Tenemos que generar proyectos que hagan que la gente quiera volver.

-Recientemente se anunció un nuevo impulso al Plan Soria. ¿Está prevista una estrategia similar para Zamora, que también padece una situación crítica?

-Estamos trabajando para actuar. Tenemos el Plan de Benavente, con el que tenemos un compromiso importante, y diversos proyectos con Zamora 10, un grupo con el que estamos codo con codo. Entre esos asuntos está el campamento militar de Monte la Reina, con el apoyo del Gobierno de España, que podría ser importante a nivel de crecimiento de población joven. Estamos dispuestos a colaborar con ese proyecto importante para la provincia y especialmente para Toro.

-Para el desarrollo de los pueblos, se antoja clave que las localidades cuenten con una conexión digna a Internet. En las últimas semanas, la Junta y las diputaciones han anunciado un plan conjunto para llevar redes de 30 megas a todos los rincones de la comunidad. ¿Será suficiente o es precisa una implicación mayor del Estado y de las operadoras?

-Me comprometo, como presidente de la Junta, a que haya una transformación digital en toda Castilla y León, y en Zamora en concreto. Creo que es algo crucial, vital para la provincia. Por un lado, permite a las empresas ya instaladas mejorar su competitividad; y por el otro pueden instalarse nuevas firmas. En el mundo actual no hay fronteras, y en el ámbito agroalimentario y del turismo la conexión es fundamental. También para el teletrabajo, que podría permitir el asentamiento de población en zonas donde hay una calidad de vida homologable a la de las ciudades. Lo que vamos a hacer es trabajar en paralelo con el Gobierno y las operadores exigiendo inversiones, y a llegar, junto a las diputaciones, donde el resto no pueda. Comprometemos el dinero que sea necesario. Es una de las medidas fundamentales para el medio rural.

-En cuanto a las empresas, se entiende que no es lo mismo instalarse en Madrid que hacerlo en un pueblo de Zamora. ¿Habrá más incentivos fiscales para las entidades que opten por estas comarcas?

-Cualquier empresa que se quiera instalar en un pueblo de Zamora tiene que hablar con la Junta. Nosotros estamos dispuestos a facilitar el suelo de la mano de los ayuntamientos y la Diputación Provincial, nos mostramos abiertos a colaborar con ellos financiando subvenciones a fondo perdido, avales bancarios... También consideramos que hay que extender la tarifa plana de los autónomos a 24 meses en las grandes capitales y municipios, y a 30 meses en los pueblos de menos de 5.000 habitantes. Además, estimamos que hay que apostar por una fiscalidad rural más favorable. En esto, el Impuesto de Sociedades le corresponde al Gobierno de España y estaremos pendientes de lo que diga la estrategia para luchar contra el reto demográfico.

-¿Qué piensa cuando escucha a personas como el alcalde de Valladolid, que pide que aumente el desarrollo en ciudades que ya tienen tejido empresarial?

-Hay que tener una visión integral de la comunidad autónoma. No basta solo con apostar por las capitales. Tenemos que llegar a todos los rincones de la geografía de Castilla y León. Zamora tiene lugares que requieren el esfuerzo de las entidades locales, de la Junta de Castilla y León, y del Gobierno de España. Yo no creo en la política que genera la confrontación, que genera el agravio entre unos territorios y otros. Tampoco creo en lo que es la política de localismo. Hay que mostrar sensibilidad local, pero tener en cuenta que estamos en un proyecto más fuerte, que nos hace afrontar mejor el futuro. Yo considero que el tema del agravio territorial ha sido una de las banderas del PSOE en sus confrontaciones electorales, y para mí es un error. Hace falta una visión integral y tenemos que ser solidarios con quienes tienen más necesidades.

-¿Temen que los habitantes de las provincias más afectadas por la falta de desarrollo y la situación demográfica abracen opciones como el leonesismo, o proyectos similares al que ha llevado a Teruel Existe al Congreso?

-En Castilla y León, tenemos un sentimiento de provincia muy fuerte, y lo que se está demostrando en estos casi 37 años de historia es que la comunidad autónoma, si uno analiza con sosiego, ha ayudado a que aquellos indicadores que eran muy malos sean menos malos, y a que aquellos que eran buenos sean mejores. Es decir, el proyecto como comunidad autónoma ha funcionado. Pero no es suficiente. Tenemos que seguir avanzando. Yo respeto profundamente lo que cada persona quiera sentirse, y respeto profundamente la historia de cada territorio, no podría ser de otra manera. Pero en Castilla y León y en Zamora, lo que queremos es sentirnos parte del gran proyecto de España. En cuanto a Teruel Existe, tampoco queremos iniciativas localistas que pretendan apoyar a un Gobierno que se sustenta en quienes no creen en España, en quienes no creen en la Constitución y pretenden precisamente la ruptura del país. Es un contrasentido, y desde luego defendemos un proyecto con sensibilidad local que mire al futuro desde la unidad.

-La satisfacción de los ciudadanos es importante en aras de mantener esa estabilidad. ¿Cree que podrá lograr el consenso que reclamó en su última visita para la puesta en marcha del Plan Piloto para la Sanidad en Aliste?

-Si no hay unanimidad, sí al menos un reconocimiento importante. Me consta que la consejera va a estar pendiente día a día de la implantación de este proyecto, de la mano de los profesionales, que son los que dan la asistencia, y junto a los alcaldes y representantes de las asociaciones. Es algo que va a funcionar y va a servir como faro para iluminar a otras zonas donde se van a hacer proyectos de esta naturaleza. Digamos que Zamora va a ser pionera en lo positivo de cómo se pueden hacer mejor las cosas.

-Sanidad, Educación, Internet... En definitiva, dinero. La financiación autonómica sigue a la espera, con un Parlamento atomizado y con un Gobierno que tiene importantes dependencias de grupos nacionalistas. ¿Qué cabe esperar para Castilla y León?

-Es fundamental la lealtad al Gobierno de España. Así lo he puesto de manifiesto. Pero también vamos a ser exigentes. Lo hemos sido reclamando los 142 millones de euros del pago del IVA que nos debe el Gobierno de España. No a mí o a la Junta, sino a las personas de Castilla y León. Ese dinero se está detrayendo de un mejor funcionamiento de los servicios públicos. Por eso, vamos a ser reivindicativos y vamos a hacer lo que esté en nuestra mano. Por otro lado, lo que consideramos que es conveniente y oportuno es exigir un modelo de financiación acomodado a lo que exige en estos momentos el país. ¿Qué modelo de país queremos? Uno que apueste por la España interior, por la España del mundo rural. El modelo actual es injusto, porque privilegia a aquellas comunidades autónomas que son las que más crecen. No queremos más gasto público, sino lo que nos corresponde, pero gestionando con eficacia.

-Precisamente en el tema de la financiación, la Diputación de Zamora le pide a la Junta que le compense por ciertas competencias impropias que asume la institución provincial. ¿Tienen previsto algún ingreso extra para las entidades locales, más allá del acuerdo marco que estará en vigor hasta 2023?

-Cuanto más dinero reciba la Junta, más margen tendremos para negociar con ayuntamientos y diputaciones estos aspectos. No solo en lo referente a la red de residencias, sino también a los servicios sociales. Pero quiero decir bien claro que hemos blindado los servicios que prestan las entidades locales, y que tienen una colaboración económica muy importante por parte de la Junta. Son 448 millones los que destinamos a la atención a las personas mayores, con discapacidad o en situación de desamparo económico en la región. Eso está blindado en esta legislatura, con 25,3 millones para la Diputación de Zamora, y 9,4 para el Ayuntamiento de la capital. Y tenemos que seguir mejorando.

-El rector de la Universidad de Salamanca anunció recientemente la próxima implantación de grados abiertos de ingeniería en el Campus Viriato. La segunda parte debería ser la instalación de empresas vinculadas que den salida a los alumnos que terminan sus estudios. ¿La Junta se compromete a que se consoliden esas enseñanzas y a ayudar en la búsqueda de las empresas?

-Venimos trabajando de la mano de las universidades para que estos proyectos sean una realidad. Apostamos por esa iniciativa de la Universidad de Salamanca y consideramos que este es un sector de futuro. Hablamos de turismo, industria agroalimentaria o Silver Economy, que son sectores más tradicionales, pero este es un sector puntero. Queremos que se genere una industria del conocimiento y del talento; que vengan empresas vinculadas que se puedan instalar en Zamora. Pretendemos que la provincia pueda ser puntera en robótica y en inteligencia artificial, y es un territorio que tiene las puertas abiertas para ser de lo mejor.

-Después de que el último presupuesto de la Junta se aprobara en 2018, ¿tiene razones la provincia para sentirse optimista ante el nuevo plan de inversiones que prevé aprobar en los próximos meses?

-Estuvimos despachando con el alcalde de la ciudad y el presidente de la Diputación, y vamos a estar pendientes de esas inversiones, de la continuidad de las que ya venían y de algunas nuevas que pueden ser muy importantes. Lo que está claro es que los proyectos hay que culminarlos, y por esa línea van, sin ir más lejos, el nuevo Conservatorio o el Centro Cívico.