Hace 40 años muchos pueblos de la provincia de Zamora no disponían de carretera de acceso, sistema de abastecimiento de agua, alcantarillado, calles asfaltadas ni teléfono público. Son estas las principales necesidades a las que pretendió dar respuesta la primera Corporación democrática en la Diputación Provincial.

El primer presidente de la institución en democracia, José Miguel López Martínez, explica que la provincia estaba "hecha una pena en cuanto a dotación de servicios". Considera que desde entonces la provincia y los pueblos han mejorado, aunque también han perdido muchos habitantes.

Farmacéutico de profesión e inspector provincial de farmacia en aquellos años, se convirtió en el primer presidente de la institución en democracia con 33 años. Nunca se había dedicado a la política, pero UCD requirió su presencia en las listas electorales al Ayuntamiento de Zamora. Iba de número dos y fue elegido presidente de la Diputación.

Recuerda que en aquella época las localidades se dividían en cabeceras de comarca y núcleos de expansión. Los primeros tenían los servicios un poco más definidos, los segundos empezaban a tenerlos y el resto de poblaciones "no tenían prácticamente nada".

En esa primera legislatura, se propuso que todos los pueblos tuvieran carretera de acceso, abastecimiento y saneamiento, alumbrado y un teléfono público desde el que se pudiera contactar con el exterior. Se iniciaron muchas de estas obras a través de planes provinciales.

"Ir a los pueblos de la provincia entonces y ahora es como del agua al vino, no se parece en nada. Ahora vas a cualquier pueblo y sabes que todos esos servicios están cubiertos", señala.

Recuerda que la época fue muy bonita a nivel personal, aunque no exenta de dificultades, ya que el presupuesto con el que se contaba era "bastante pequeño", por lo que los pueblos colaboraban con dinero o a prestación personal y recibían con gran alegría las obras o proyectos que se aprobaban.

"Lo recibían con una ilusión tan grande porque nunca habían recibido nada. Una obra de abastecimiento de agua o hacer un depósito de agua en un pueblo para ellos era el maná porque no habían recibido nunca nada y suponía solucionarles unos problemas que tenían de siempre", recuerda el expresidente sobre una época en la que se comenzó a dar solución a muchos pequeños problemas del día a día y se pusieron las bases para el desarrollo posterior de la provincia.