Se conocieron a través de una amiga en común. Corría el año 2000 cuando Celia Clua y Paula Ranilla se pusieron en contacto. Desde entonces, y han pasado casi 20 años, no han parado ni un momento en su intento de ayudar a las niñas más desfavorecidas de Guatemala. Y lo hacen gracias a la Asociación Huehueteca Ixmucané, una organización que desarrolla su trabajo en el departamento Huehuetenango, uno de los más deprimidos de Centroamérica apostando, según indican desde la organización, por construir una sociedad más justa en áreas rurales que se encuentran en situación de vulnerabilidad para así contribuir a su desarrollo personal, social y económico.

Esta zona, explica Clua, "es una de las más castigadas por los conflictos que se viven el país". Un área en la que es complicado salir adelante, especialmente si se es mujer. La mayoría, explica, son de hecho, indígenas o de mayas, por lo que su situación hace que estén doblemente discriminadas. Allí la escuela solo es gratuita hasta los 12 años, cuenta Clua. Luego es necesario pagar para continuar en el colegio. Una situación que hace que mujeres dejen de formarse.

Seguir con los estudios

Aunque gracias a esta asociación muchas han sido la que pueden seguir con sus estudios. Y lo hacen gracias a los talleres y cursos que imparten. También gracias a la residencia en la que están internas más de una treintena de chicas donde se combina la "asistencia a los diferentes centros educativos, con procesos de formación no formal como talleres de autoestima o de cocina". La organización apoya también a varias escuelas y colegios en la formación de maestros en su orientación pedagógica. Todo esto lo cuenta Clua durante estos días, en los que junto a Paula Ranilla han organizado un mercadillo solidario en la ciudad. Una feria de productos artesanos con la que han recaudado fondos y que ha sido todo un éxito.

Y es que, cuenta Clua que cuando comenzaron estaba de moda la cooperación internacional y recuerda de hecho que incluso alguna asociación de Zamora les envió el reintegro de la lotería de Navidad de todos aquellos décimos no reclamados. La crisis también les ha pasado factura. Sin embargo, no tiran la toalla. Dos mujeres que se han propuesto ayudar a salir adelante a todas a otras mujeres menos favorecidas.