Francisca Garrote Rivera, propietaria de la Alfarería La Fábrica de Pereruela de Sayago, ha recibido el Premio eWoman Zamora 2019 a la Mujer Emprendedora. Licenciada en Derecho, tomó las riendas del negocio familiar de alfarería que pusieron en marcha sus padres en el año 2002.

Actualmente trabajan en la fábrica ocho empleados y las piezas tradicionales que hacen con barro refractario se venden en diferentes puntos de España y también en países del extranjero.

Su espíritu emprendedor no se limita a la alfarería. También ha puesto en marcha tres casas rurales en Pereruela.

-¿Qué supone para usted recibir el Premio eWoman a la Mujer Emprendedora?

-He recibido el premio con muchísima ilusión. Supone una alegría inmensa porque es un reconocimiento al trabajo. Eso es lo más importante para mí porque parece que el trabajo de un autónomo no se ve y es la mayor satisfacción. Mi familia también está muy emocionada.

-¿Qué le pareció la jornada eWoman Zamora 2019 que se celebró en el Consejo Consultivo?

-Muy interesante. Me parece fundamental el apoyo a la mujer y a los ámbitos de trabajo en que se desarrolló la jornada. La sesión de coaching fue divertida y creo que la jornada fue muy positiva para la pequeña empresa, para el trabajo de la mujer y para Zamora en general.

-¿Cómo comenzó en la Alfarería La Fábrica?

-Estudié Derecho y postgrado en Escuela de Práctica Jurídica. Mientras yo estaba estudiando, mis padres crearon la alfarería. Contrataron a personas que conocían el sector y cuando acabé mis estudios, pensé en impulsar la alfarería porque vi que realmente el negocio tenía futuro. Le dimos al negocio una visión diferente de lo que puede parecer la alfarería de Pereruela y he seguido los pasos que habían marcado mis padres. Para mantener un negocio con una plantilla que en estos momentos tiene ocho trabajadores tienes que tener una serie de clientes fijos, tiendas a las que les vendes tus productos durante todo el año.

-Además de en España, ¿en qué otros países tienen presencia los productos de Alfarería La Fábrica?

-Llevamos unos cinco o seis años que nos mantenemos afortunadamente gracias a los clientes que tenemos fuera. Tenemos dos clientes muy buenos en Alemania que venden en toda Europa y en el Reino Unido también. Llevamos cinco años trabajando con Alemania y Reino Unido como clientes habituales. También tenemos un cliente en Japón que ha venido a vernos y este año además hemos enviado a Libia, a China y ahora estamos trabajando con Emiratos Árabes.

-¿Qué productos hacen?

-Lo que más se vende en Europa es el horno. En España seguimos vendiendo las cazuelas, lo que llamamos la paellera, la cazuela para los guisos, el puchero para hacer el cocido y las cazuelas ovaladas y rectangulares para el asado. Estamos preparando los pedidos de Navidad porque nuestro mercado sigue siendo España y ahora es una época fuerte para hacer el asado tradicional de estas fechas en cazuela de barro.

-Su espíritu emprendedor no se queda ahí y ha abierto tres casas rurales...

-Sí, tenemos tres casas rurales en Pereruela. Son Alacena Alfarera, que tiene de diez a 14 plazas; Rivera Zamorana, que tiene 19 plazas, y Piedra Dorada, con siete plazas. Tenemos en proyecto hacer otra.

-¿De dónde le viene ese espíritu emprendedor?

-Esa ilusión la ves en tu casa. La universidad te enseña muchas cosas, pero el día a día y tu familia es lo más importante y donde aprendes a valorar qué es lo que quieres hacer y dónde quieres llegar.

-¿Animaría a otras mujeres a emprender en el medio rural?

-Es necesario. Cada sitio tiene una riqueza y Sayago es una zona muy olvidada, pero siempre se necesita un apoyo de las instituciones. Por ejemplo, tenemos los quesos de Fariza y materias primas que se pueden transformar para que se quede gente en los pueblos. Las administraciones tienen que seguir apoyando a la mujer en el campo, la creación de empleo y proyectos que funcionen porque es bueno para todo.