Los incentivos fiscales se utilizarán sólo para áreas muy concretas, pero se descartan como estrategia general para el mundo rural dentro de la lucha contra la despoblación, porque se han demostrado poco eficaces, cuentan con las reticencias de la Unión Europea y desde luego son menos efectivas que la inversión pública. Es una de las líneas avanzadas por Ignacio Molina de la Torre, el director del Comisionado del Gobierno frente al Reto Demográfico poco antes de su intervención en la jornada organizada por la Federación de Municipios y Provincias que se desarrolla en el Consejo Consultivo.

Mientras Sara Bianchi, de la Red de Áreas Escasamente Pobladas del Sur de Europa hablaba del nuevo modelo territorial y fiscalidad adaptada, Molina explicó que el informe solicitado al Instituto de Estudios Fiscales concluyó que no están claras las ventajas de los incentivos fiscales territoriales, política que ya ha descartado Francia tras su evaluación.

"Salvo incentivos fiscales muy específicos para zonas muy concretas en las que evidentemente si hay un fallo de mercado desde el punto de vista de la fiscalidad" esta política se ha demostrado poco eficaz. "La inversión pública es mucho más eficiente en el territorio, la prestación de servicios, que los propios incentivos fiscales. Y la Unión Europea es muy reticente porque no deja de ser una ayuda del Estado".

Sí parece tener más recorrido la política decidida de extensión de la banda ancha, ya que las operadoras estaban obligadas a llegar con ADSL de 30 megas al 95% de la población de localidades de menos de 5.000 habitantes, pero falta aún mucho camino por hacer para cubrir un mayor porcentaje del territorio porque "en el mundo rural la cobertura es muy baja".

Y también está encaminada la incorporación del impacto demográfico "en la aprobación de leyes, planes y programas de inversión. Lo que se está desarrollando ahora precisamente es la guía para que eso pueda ser efectivo", explicó el director del Comisionado. Se trata de que las administraciones tengan en cuenta esa perspectiva demográfica y muy especialmente la perspectiva rural, porque la Unión Europea también indica que tenemos que hacer ese análisis para favorecer las potencialidades del mundo rural y no tener en cuenta sólo criterios de mercado.

Las líneas fundamentales pasan por luchar contra la despoblación vinculada a garantía de la prestación de servicios "en condiciones de equidad y calidad para todo el territorio". Molina de la Torre añadió la "mejora de la competitividad de todos los territorios y apoyo a la generación de nuevas actividades económicas y fomento del emprendimiento , que surjan nuevas iniciativas profesionales y facilitar la fijación y llegada de nueva población".

"Queremos aprobar la estrategia en el plazo más breve posible una vez que haya Gobierno y los presupuestos. Tiene dos pilares, al incorporar el impacto demográfico a todos los ministerios, los presupuestos tendrán una perspectiva demográfica, va a haber financiación específica para poner en marcha oficinas para la cohesión territorial, además vamos a intensificar la conectividad digital del territorio".

Molina de la Torre explicó que hay una "hoja de ruta" pero la estrategia contra la despoblación es una lucha "a largo plazo". Este año, con tantas elecciones, ha sido complicado avanzar.