Sus nombres son Antonio Felipe Bernard, Luis Ángel García, Fidel Cuadrado "Picuqui", Antonio Pascual "El Ciegas", Héctor de la Peña y Pedro Ladoire. Su gesta, recorrer en piraguas por el Duero los 370 kilómetros que separan Zamora de Oporto con los medios existentes en el año 1947. En el Museo Etnográfico de Castilla y León desde ayer una muestra, integrada fundamentalmente por fotografías y elementos de la expedición cedidos por los descendientes, les homenajea y da a conocer su periplo gracias al rastreo de cerca de dos años llevado a cabo por Juan Miguel Colino y Pedro Ladoire, sobrino e hijo, respectivamente, de dos de estos emprendedores.

Los aventureros, de los que ya no vive ninguno, por entonces "tenían entre 22 y 26 años y formaban parte del área de deportes Educación y Descanso", señalan los impulsores que tienen el pesar de no haber dado con familiares de Luis Ángel García, de quien saben que emigró a Brasil, y de Antonio Pascual.

El primer contacto de los jóvenes con las piraguas se produjo por el proyecto y tuvieron que familiarizarse con ellas "cuando llegaron de Madrid", tal y como reflejan algunas de las imágenes expuestas. En las 16 etapas los jóvenes tuvieron que capear muchas dificultades, como la rotura de una embarcación pasado Villalcampo que "les obligó a esperar dos días para que llegara otra desde Zamora".

Entre las curiosidades que permite descubrir la exposición figuran un libro con el listado de las jornadas o las cosas que iban a llevar como un machete cada uno, tres tiendas de campaña o "máquinas de tomavistas que perdieron al zozobrar una de las piraguas que eran de lona impregnada de aceite de linaza y madera de abedul" apunta Colino ante una embarcación similar a la utilizada y cedida por una colección particular.

La gesta, recogida en un ejemplar del periódico Balón, por diarios zamoranos y por rotativos lusos, contó con el respaldo del entonces gobernador civil de Zamora, Luis Serrano, y en Oporto "les salieron a recibir varios barcos y las máximas autoridades del momento e incluso recibieron un homenaje en el consulado de España", comentan los promotores de la muestra ante las fotografías que lo atestiguan.

El viaje de 16 agotadores días aparece reflejado en un documental del NO-DO, que siguió el avance de la expedición, que comparte protagonismo con la bandera que llegó la piragua que zozobró o con materiales que sitúan al visitante en la época. Toda una hazaña y un desafío a la naturaleza.