El dramaturgo zamorano José González Torices estrena el domingo su nueva obra de teatro, una pieza dirigida a niños y adolescentes en la que, junto a las marionetas de Capitonis Durii, narra la historia del Cerco de Zamora desde un nuevo punto de vista: la niñez de sus protagonistas. Y lo hace abordando temas actuales como el acoso o la discriminación de la mujer.

-Este fin de semana estrena nueva obra, "Las aventuras de la niña Urraca" en el portillo de la Lealtad. ¿De qué trata esta adaptación del romance del Cerco de Zamora?

-La obra, efectivamente, está inspirada en el Cerco de Zamora y cuenta cómo estos personajes de aquella época se movían en Zamora cuando eran pequeños. Es la misma leyenda, pero contando cómo se comportaría el Cid, doña Urraca o don Sancho siendo niños. Se trata de una narración que al mismo tiempo actualiza la historia y que además de transmitir los hechos que sucedieron y contar nuestra tradición, refleja temas tan actuales como el acoso entre niños.

-Entonces ¿quiere decir que en la obra doña Urraca es discriminada por el resto de protagonistas por el hecho de ser mujer?

-Así sucede en el caso de Sancho, por ejemplo, que discrimina a su hermana por el hecho de que vaya a recibir Zamora en herencia. Ya desde pequeños empiezan las enormes envidias porque el rey Fernando le tiene más aprecio a Urraca que a él. La obra habla por tanto de cómo estos niños de nueve o diez años ya comienzan con la discriminación y el acoso, lo que lleva a Sancho a cercar la ciudad en un futuro. Lo bueno de la obra, es que además de contar nuestra tradición, transmite un mensaje muy actual a los chicos de hoy en día. Habla de la idea de la igualdad de sexos y de por qué Urraca no puede heredar Zamora siendo mujer, algo que en el romance clásico es una de las cosas que impulsa a don Sancho a sitiar la ciudad. Creo que este texto puede servir en las escuelas para reflexionar sobre el acoso escolar partiendo de nuestras tradiciones.

-Acaba de publicar el poemario "Volvamos al Edén, Dahia Al-Karina' y ahora estrena esta obra. ¿Qué diferencias hay a la hora de escribir para niños o para adultos?

-En ambos casos tiene que haber tres condiciones principales. Da igual que sea un texto para adultos o para niños. Lo más importantes es que la historia tiene que ser atractiva, como es el caso del Cerco, pero a esa historia tienes que añadirle emoción. Además, se tienen que encontrar las palabras apropiadas para esa historia, porque no todo sirve. Si no se conjugan estos tres elementos, no puede existir un buen texto. Y es que una historia tan solo se convierte en clásica cuando es bonita, cuando te emocionas como autor y logras también emocionar al espectador. Por eso es tan importante encontrar la palabra y el ritmo adecuado, que no es el mismo para adultos que para adolescentes o niños.

-¿Al tratar temas tan delicados, cómo ha enfocado esta obra dirigida a niños?

-Al ser también pedagogo, no solo he escrito un texto, sino que lo he hecho desde una pedagogía dramática donde planteo una serie de valores y recursos que se usan para transmitir un mensaje, pero un mensaje que emocione, divierta y al mismo tiempo haga reflexionar.

-La obra la pondrá sobre el escenario Capitolios Durii gracias a una serie de marionetas que representan a los personajes principales...

-Uno de los problemas a los que me tuve que enfrentar a la hora de escribir el texto fue que Capitonis Durii tenía ya los títeres en miniatura, copia de los gigantes y cabezudos, así que debía basarme en lo que ya había sin salirme de ahí. Se puede decir que parte de la originalidad de la obra, que también está destinada a profesores y padres, radica en contar la historia a los niños y niñas partiendo de estas marionetas con la que el grupo zamorano hace, por cierto, un trabajo fantástico.