Ya han pasado diez años desde que la profesora Paloma Ferrero Rodríguez se aventuró a poner en marcha el coro del IES Universidad Laboral. Un proyecto que ha ido creciendo con los años y que ayer celebró su década de éxitos con un concierto en la Biblioteca Pública del Estado. Su objetivo "es fomentar la expresión musical y corporal, en definitiva, la educación integral por el arte y con el arte, con el fin de mejorar los resultados académicos en otras asignaturas y la convivencia escolar", destaca la profesora.

Desde 1º de la ESO hasta la etapa de Bachillerato, los estudiantes pueden formar parte de este proyecto, de manera totalmente voluntaria. "Comenzamos siendo solo diez personas el primer año, pero hemos llegado a reunirnos hasta cincuenta alumnos", recuerda la profesora. Miembros de la Red de Coros Escolares de Castilla y León desde 2009, con el resto de los grupos que la conforman estudian repertorios comunes para escenificarlos en los habituales encuentros que realizan cada año. También tienen actuaciones por petición de muchas instituciones, que cuentan con ellos para alguna jornada especial, como el Día Internacional de los Museos, la Feria del Libro, la Jornada de Fomento de la Lectura o el Día Internacional del Libro, cuando cantaron en el salón de actos de la Biblioteca Pública del Estado. Este fue el germen para que desde la directiva de la biblioteca se les ofreciera su espacio para celebrar ayer el décimo aniversario de su creación, donde demostraron sus cualidades para cantar polifonía, acompañados por el piano que toca la directora.

Un acto para que, como es habitual, los integrantes han arañado minutos de los recreos para preparar el repertorio. Las canciones que ensayan son de una temática muy variada. "Sobre todo obras de arte ya diseñadas para coros escolares, porque la mayoría de los estudiantes no tienen conocimientos académicos de música ni van al Conservatorio", justifica su fundadora. También ensayan música popular de diferentes países, lo que los lleva a poder cantar no solo en español, sino en otros idiomas, desde francés e inglés hasta japonés. "A veces me piden ellos alguna canción más actual y también la preparamos", añade Ferrero, quien aspira no solo a que los niños aprendan a cantar en grupo, sino también "a respetarse, cogerle el gusto a cantar y disfrutar de la experiencia". Una diversión que, reconoce, le motiva a ella para seguir al frente de este coro.