El derribo del número dos de la Bajada de San Martín ha dejado al descubierto buena parte de muralla hasta ahora desconocida para los zamoranos. No obstante, la operación también ha significado la formación de una "isla" entre parcelas que ya se encuentran exentas de edificios. En medio de ellas aparece una nave cuyo propietario no ha querido adherirse a la oferta lanzada por el Ayuntamiento de Zamora. No es el único. Ya en la avenida de la Feria, existen particulares que han preferido no involucrarse en el proceso de expropiaciones voluntarias ofrecidas por el Consistorio y que sí han servido, hasta el momento, para echar abajo ocho inmuebles en diferentes puntos de la fortificación medieval.

El tramo de muralla recién liberado en Bajada de San Martín, por otra parte, ha sido ya adecentado por parte de los operarios que durante las últimas semanas han trabajado en la zona. Ahora mismo, el terreno luce completamente raso a falta del pertinente ajardinamiento que el Consistorio ha previsto para cada uno de los espacios recién liberados. Cabe destacar que el derribo de este edificio, una nave de 281 metros cuadrados, ha tenido un presupuesto más alto de lo habitual por existir un tejado de uralita que contenía amianto.

En el espacio de muralla que ya está a la vista de todos los zamoranos se puede observar, además, una ventana que sorprende a propios y extraños y que parece directamente excavada sobre la propia piedra. Además, la situación de edificios por encimo de este tramo de muralla deja una inusual estampa con balcones que sobresalen de la fortificación medieval que el Ayuntamiento de Zamora quiere despejar.