El Partido Popular lo tiene claro. En lo que queda de campaña, sus candidatos tratarán de utilizar la didáctica para explicar a los ciudadanos por qué el voto útil de la derecha debe recaer en ellos. Ese será el mensaje en el que incidirá la formación en las horas previas a unas elecciones que se celebran el domingo y que ya no ofrecen demasiado margen de maniobra. El objetivo de esta estrategia: evitar que la dispersión provoque un triunfo del PSOE en la provincia y refuerce la posición de Pedro Sánchez como principal aspirante a la Moncloa.

Este miércoles, Fernando Martínez-Maíllo fue muy claro en ese sentido: "En Zamora, o tiene dos escaños el PP o los tiene el PSOE. No cabe un tercer partido", aseguró el candidato al Senado, que manifestó su "respeto" a quienes apoyen a Vox o a Ciudadanos, pero que insistió en que apostar por las otras dos derechas "solo beneficia al PSOE".

Maíllo machacó esa idea, rechazó la utilidad de votar en el Senado a los cabezas de lista de PP, Vox y Ciudadanos como posible estrategia contra la dispersión y defendió también al PP como la formación que "convirtió la despoblación en un tema de interés público", un planteamiento reforzado por la candidata al Congreso, Isabel Blanco, que explicó que, aunque el problema del mundo rural pasó desapercibido en los debates, "tiene un punto entero dentro del programa de Pablo Casado".